jueves, 13 de septiembre de 2012


                                                                RECOMPOSICION

Soy la sombra
de un ojo en erección,
su parpadeo,
viviendo en la pupila
del jadeo y la lujuria
me desplazo sobre cuerpos
desnudos de prejuicios,
me abalanzo hiriendo intimidades
cuando la noche se agrieta
para dejar que una mano juegue en tu vagina
soy ese ojo que da vuelta las paginas
leyendo las entrelineas de tus piernas.
Soy el guiño de la muerte
que aun no se anima a acontecer,
porque esta parca triste
crece de pequeña en sequedad
sin consumir ni una gota de alegría,
es ángel gris que no tiene descanso
que congela sus vocablos en la laringe
odia y ama a quien puede expresarse
mediante las rimas de una poesía.
Hay momentos
en que soy la solución a todos mis problemas
en tanto en otros agravo mis sentires
cultivo en el jardín las angustias aberrantes
como presto oído al silbido de un mendigo
levanto con mi cuerpo las mañanas
enderezo el día por la senda de sus horas
todo esto pensando que me traerá tu esencia
en esas nocturnidades que recostado solo bendigo.
Alguien quiere definirse
sentado en la taberna de las ausencias rojas
desea hablar sobre senos desbordantes
toca sus labios delineador de aureolas
dibuja su lengua, domadora de tantas nalgas
similares a las tuyas, esclava de la lascivia
la que escribe con su ondulación imperfecta
que Buenos Aires termina en su hombre
conjunto armónico de venas como magnolias.
Esta es una buena noche
de símbolos que convocan a lo primitivo,
a las partículas ancestrales
enclavadas en lo interior de nuestros cuerpos
casi embebiéndose del alma,
mi soledad no soporta ningún desierto
menos la deserción del contacto vital,
hurgare agazapado los arroyos invisibles
que corretean por tus calidas aristas
las deseosas, insatisfechas hasta que atracan en mi puerto.
Ahora soy luz plena que rescata el amor elemental.
   

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