domingo, 30 de septiembre de 2012



ENTRE EL SILENCIO Y EL RECUERDO
Adquirí el silencio
como herramienta de nacimiento
mi llanto fue el canto de la mudez
en la madrugada de un tórrido febrero
cuando aún no había amanecido,
mas el abandono, el silencio y la soledad
fueron la marca que zurció mi comenzar
en ese tiempo que aun no ha desaparecido.
Hoy,
con el mutismo en las alforjas
miro hacia atrás donde aun suena el sigilo
haciendo con mis manos los pájaros grises del mañana
hasta tropezar con la materia de la palabra
en el jardín dibujado en mis libretas de la nada
cuando los perros le ladran a la madrugada
instante desgarrador en que la luz es tentación
aunque también es promesa
porque algo agoniza,
la noche,
la inconmensurable noche que fenece,
la del verbo incandescente,
la de los bultos imposibles de divisar
aunque ya sea tarde para cualquier derroche.
Me queda la mirada de mi espejo
los aplausos de la luna en cuarto creciente
los volcanes de besos de unos labios merecidos
la inocencia de no saber porque herí de muerte
al tiempo que pretendía atormentar mi mente.
En este final casi uterino
se de las cosas ocurridas
se de mis mujeres y mis miedos
los que trate de olvidar dentro de las botellas de vino
se de mi amor sobreviviendo a un domingo
entregado a los deseos de ese cuerpo que nunca olvido.

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