sábado, 28 de febrero de 2015

LAS LAGRIMAS TAMBIEN SE PARTEN


Miro
como se parte una lágrima esta noche
no en su exacto medio
cuando la recoja sabré si de tristeza o alegría
pero allí yace la lagrima
su dueña no reclama su caída
quiere que se astille el cielo
que la burlona luna no la imite
quiere sentir el fuego de las caricias
que el campo silvestre de su piel estalle
a eso ha venido
a presentar pelea
a reclamar los labios acerados de su amante
a implorar en silencio que le beba los senos
que le nombre con sus dedos el templo de su tajo
a desgarrarle la boca con sus dientes afilados
a devorar lo henchido en esta oscuridad
viene como siempre que llega desnuda
a calzarse la piel de tanto deslizarse
de ese bastardo que con sadismo se detiene en los bordes
hasta escuchar el sonido del pórtico de sus palabras
que imploren en esa comunión estrecha
cubrir los huecos que el deseo ha destapado
saber que el placer es la sombra de la muerte
que el tiempo ardiente aparece congelado
en los vidrios inquietos de los espejos
este ritual de sadismo y satisfacción
tiene su iglesia trashumante en la planicie de mi lecho
y yo, sumo sacerdote de la religión de la lujuria
bendigo los frutos de tu madriguera
los que siembran en mi país caótico
la bandera de la voluptuosidad jadeante
sabiendo que cada noche es un retazo
del hambre que no te pone rostro
de ese amor que nace equivocado
porque serás la secuencia de lo que nunca hubo antes.
Roberto Brindisi


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