viernes, 20 de febrero de 2015

YA PASARA


No me duelen los versos
aunque a veces reclamen aflorar
me duele lo que dicen
cuando cuentan las lunas de sangre
que bañaron su espalda en soledad
apoyada en la melancolía
añejo tajo que parte mi media tarde
resquebraja el sonido de mis emociones
prefiero guardar las letras quebradas
las mismas que enteras la conquistaron
le acariciaron el alma partida
el corazón astillado en un mar de desilusiones
para dejar que se diluyera en su misteriosa libertad
me duelen las estrofas
por lo que intento que salgan en otra ocasión
mi experiencia hecha de retazos de tiempo
me enseño que siempre vuelve
aunque cambie su rostro y su silueta
se que vendrá a mojar sus esquirlas en mi lecho
a dejar que sus heridas sonrían en silencio
mientras recuenta sus decepciones
en el árido campo amatorio sin entender porque
mi espejo mira esas escenas atrapantes
mientras mi escucha se evapora con razones
escuchándome decir “ya pasara”
con la certeza de que quien llega hasta mi puerta
no busca mendrugos de esperanza
sino que vea debajo de las palabras
como late ardiente un cuerpo deseoso
como la vida lo atravesó con la punta de sus lanzas
exhalando un aroma penetrante
un deseo de que terminen los vocablos civilizados
penetrando en la noche un par de animales en celo
que las superficies conmocionen el aire de mi cuarto
y en el punto supremo de los jadeos
salde las aberturas de otros duelos
muerta la evocación de lo que fuera hielo
arrasados los jardines colgantes de sus labios
por las lágrimas duras que no saben de pañuelos.
Roberto Brindisi



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