Quiero corregir los pasos
en el instante último en que reina el olvido
cuando mi voz es devorada por las sombras
y el vacío es un reloj oxidado de minutos
en ese pequeño lapso
siento el afecto desnudo
con sangre en sus alas rotas
sin ojos para mirar mi angustia madura
sin boca para escupir el jugo de la violencia
con los labios partidos en un
lejano borde
de vasos que circulan en la
taberna del horror
por allí anduvieron mis pies
por esas pesadillas mías
creo posible que me salve tu
silueta borrosa
tus manos recogiendo el viento
crayones tus dedos sinvergüenzas
levantando mi enardecido animo
para incendiarnos en un mismo
infierno
ruego porque encuentres el alma
blanda
la caricia pervertida
la sonrisa lujuriosa
alza tu pubis
en el que duermen gorriones
victoriosos
deja que te atrape en mi sueño cálido
asi la soledad no será una celda
en la que muera
y el silencio la música resquebrajada
por tus gemidos
rescátame porque me estoy
hundiendo
en el fango de un deshonroso disparate
el de los cobardes
el de los que alambran las utopías
deja que llegue a los límites de un
amor naciente
puede que me asombre tu nombre en
mi espejo
las gotas de sudor entre mis
ropas
la grieta que provoca tu andar en
mis baldosas
solo avísame que estas llegando
para abrir el candado de mi corazón
añejo.
Roberto Brindisi
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