Me cae un pueblo de ojos
Por las escurridizas manos
Siento el perfume de mil aromas
Que en bandada van aterrizando
En lo mas colorido de mis versos
Cuanda la palabra descansa
En la orilla de mi rio desbocado
Muchas tardes hay sequias
Que se extienden
Se dilatan
Hasta provocar la ruptura de algun campo
Por donde fluyen los besos de esta espera
Afuera de mi intemperie
El tiempo suele ser inclemente
En los esteros de mi pasado
Mucha es el agua que se ha juntado
Y cada gota es como moneda de cobre
No se canjea porque es mi unico tesoro
Lamento la riqueza desdichada
De quien sin esfuerzo atrapo a los gorriones
Nunca seran demasiada cosa
No entusiasman ni alborotan
Porque son pajaros que no brillan
Y mueren sin ser apreciados en alguna madrugada
Mi caserío se fue poblando
Con el fuego de una mirada
Se fundieron los campanarios
En los tañidos portentosos de una madrugada
Ahora el tiempo hace piruetas
Los vectores de mis cicatrices
Abrieron grietas terracotas
Por donde asoma alegre el borde de tu silueta
Suena a pleno el agua de los arroyos
Hay tanta sobre esta tierra agreste
Que mis caricias pasan rasantes
Sobre una piel inquieta y predispuesta
Asi se gastan los anocheceres
En esta superficie de dulces sabores
Pueden mis palmas proponerse tallar
Los versos mas torridos sobre tu pubis
Que desmemoriado perpetúa un reclamo
El de ser arena novedosa conquistada
En los albores cuanto nos desatamos.
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