LAS HEMBRAS DE ROJO

La potencia del lenguaje

son hembras solitarias

las sin consuelos

que murmuran a través de mi

en una voz de lejanía

que retumba en el eco de una pieza

mancillada por la negritud de arena

allí donde yace una niña

plena de música ancestral

ahí donde el interrogante

sobre la muerte verdadera

no encuentra una respuesta

solo el canto de la soledad

que ha querido iluminarnos

con la luz en esta oscuridad.

Los verbos muerden la memoria

la abandonada anida en mi

con su máscara de loba gris

esa misma que no pudo más

y rogo mi llama en la que ardimos

Las hembras desnudas de rojo

parecen extraviadas

dentro de sus máscaras de cartón

aunque retornaran

para llorar entre las flores

saben que no es muda la muerte

aunque haya restituido al mutismo

su blanco prestigio hechizante

se oye el dulce llanto de las enlutadas

que desean abrir sus hendiduras

ofrecer los tajos de su sabia

a la lengua hablada de la voluptuosidad

que las palabras de los dedos masculinos

abran los afluentes de su calentura

esa que corrompe su humanidad

que da cuenta que nadie ganara el paraíso

que mantener las formas aun perdidas

es hipocresía de feria ambulante

ellas anhelan unos labios desconocidos

que derrame su lengua en las heridas

quieren absorber la madera de ese lápiz

sin preguntarse si han vencido

solo desean amanecer sabiendo

que detrás de esos amasijos aún hay vida

las hembras rojas del vestido

quieren fantasear con que han sido poseídas.