martes, 4 de marzo de 2014

TARDES VERDES


Sobre el espejo
veo el espacio recortado,
algo me dice que soy yo
pero el silencio
la oscuridad de este cuarto
hacen que dude,
huelo el aroma a mujer en celo
impregnado en las lámparas apagadas
carne sabrosa que me empalaga
me he vuelto adicto a tus labios
los que besan majestuosos
los que bajan hasta detenerse
los que trabajan o juegan,
me he vuelto dependiente
de mirar la desnudez de la alborada
contando tus perfectos poros
secando con mi lengua tu sudor
y de entre las ropas desparramadas
sobre un suelo virgen de abundancia
veo derramarse la sombra de mi silueta
extenuada más conforme
acuso recibo de estar viviendo
de no ser producto de supersticiones
solo un astro en mi pequeño firmamento
un madero compuesto de astillas afiladas
de recuerdos que no terminan
de mañanas hechas de los colores
que abandonaste en el baúl de esta pieza
contrafilo de mi navaja acerada
la que tajea y troncha los versos
que mi humilde mano de alfarero
artesano que se regodea entre tus senos
a pura porfía de ponerle nombre a tus pezones
asi me hallo yo
carente de todas las palabras
dueño de todos los silencios
hasta que el gemido de hembra terminada
libera mi cerebro para que retornen los vocablos
ahora podré terminar aquellos versos
donde cuento que te conocí un domingo
haciendo el amor de forma incansable
fueron las tardes verdes de tus ojos
la que potenciaron mi costado más perverso

hoy te agradezco ser amado y amable. 

No hay comentarios: