domingo, 2 de marzo de 2014

VENIR A…


Mi deber es
convertir la nada en casi todo,
hacer cobijo con retazos,
trocar el insulto en besos sabios,
sembrar con esquirlas de granadas
cosechando caricias lujuriosas
en el mismo lugar que asesinan
los sueños que nacen de utopías,
plantar el humo de metralla
para recoger amores de averías
parir cataratas de palabras
que derrumben miles de murallas.
Vine a este mundo
con la sagrada misión de ser amante,
muchas veces incomprendido,
otras tantas cayendo indiferente,
a salvar del ostracismo
a remilgadas mujeres civilizadas
recordarles el salvajismo de sus raíces
desalmidonar tantas camas recatadas
saber que del sexo y el amor
puede extraerse sangre vital en madrugada
permitiendo que sea el placer
quien sepulte las espinas del dolor.
Vine
a desandar los caminos extraviados
escribiendo los versos enloquecidos
a contar la demencia de un amor en primavera
a impulsar los huracanes en nuestros continentes
cuando pasa el sudor de varias alboradas
mientras en las cuencas vacías de un espejo
solo quedan lagrimas detrás de los gemidos
habrá que reescribir la historia
la de voluptuosidad como pecado
habrá que decir de mil maneras
que el gozo perdura en la memoria
mientras las damas y señores recatados
no sabrán más que de tanta hipocresía
vine por el sendero de unos ojos verdes

a escribir mis poemas exaltados.

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