jueves, 23 de julio de 2009

RELATO QUE SOY







Mi sonrisa arde y rueda
Calcinada y fastidiada por los soles
Màs las agruras se agigantan,
Entumecidas en mi boca,
Y mi canto brilla en la barca de los ilustrados.
La barca surca el río,
Se abre paso por ningún camino,
Hostigada por el vuelo plano de los pájaros
Y por los famélicos jejenes y zancudo,
Moviéndose en bandas desalineadas,
Como las hordas de mis pensamientos
Moribundos, que deje a la vera de este mar,
Salado como las lágrimas de magdalena,
Que derramas mujer en tu cansancio,
Tras el hachazo de una triste despedida
Tras el olvido de la oscuridad de anoche tan en pena.

Voy andando con la sonrisa congelada,
Defendiéndome a bofetadas limpias, y no tanto,
De las ininterrumpidas cargas de vagabundos pedigüeños
De esos hombres sin condición y sin escrúpulos
Arrebatadores,
Forajidos de la cortesana de mi alquimia,
De mi alcurnia,
Mujer de sexo fácil y explicaciones eternas,
La sonrisa se me apaga, como el cigarro cuando se consume.
Envidio, siempre me sucede que apetezco lo no logrado,
Y conseguido por ese otro, tan cercano pero tan distante,
Que giro sobre mi centro, sobre mi mente y me reclino.
Tendido, no se que busco, algo ha de ser
Quizás la vida de mi retozo, lo que la anima
No se, solo se que estoy alli postrado, en cuclillas,
Para evitar mi carcajada, la sarcástica, la punzante,
La que una noche de luces amortiguadas
Hizo que murieras mil veces en mi cama,
Que te recorriera aceitando lentamente
La planicie de tu exterior,
Como tus socavones y tus medanos
Y te obligara,
Niña caprichosa,
A rezarle al Cristo de mí madero
A consumir la barba fruncida y su fachada,
En las horas en que el gallo no canta ni se asoma
Cuando exhibías tus ancas como puerto al viento
Convocando al peregrino solitario a guarecerse
Tantas veces como guste, como gustes,
Mientras llueven lujurias, y se diluyen en las jofainas
Soy conciente, me he excedido, te has excedido
El mundo no soporta tanto fuego,
Contenido, quemando las entrañas, ahora los recuerdos,
Me incendiaste y te incendie,
Somos cenizas de la actividad incandescente,
De arrepentimientos diversos,
De agradecimientos eternos y plegarias reiteradas

Me estoy yendo navegando,
Surcando la mueca de orfandad y de destierro
Te veo, tu fantasma me despide, tu cuerpo aun me sufre
Desenvuelves el presente obsequiado
Y una inmensa nada aparece de repente,
Escucho el trino de la tormenta,
Acampo, instalo mi sonrisa provocadora,
Ya capturara a una niña mujer en celo
Miro el arroyo, me refleja y no me veo,
Me presiento
Soy uno de los tantos dioses de este averno,
Ya caerá la noche… o la inventare,
Como tantas madrugadas he creado.
Soy yo, nadie màs que yo, un hombre,
Un creador, un angel de sumas imperfectas
Por eso soy, no he sido ni sere….

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