miércoles, 16 de febrero de 2011

HAY MAÑANAS...

En las mañanas actuales,


Muchas veces me baño

En las gotas sudorosas de tu sexo,

En las aguas vertiente de tus ríos,

O en las lágrimas felices de tus ojos.

En esas mañanas,

Que de tantas he dejado de contarlas,

Siento el suave arrulló

Del viento de tus dedos,

Que delgadamente me despeinan,

O mecen mis manos por tu cadera.

En estas únicas mañanas,

El sol sale por el oriente de tu sabana,

Mientras miro irse la luna entre tus senos,

Escucho agitarse

Los pájaros levantando el vuelo,

Sumerjo mi lengua en tu tintero,

Tomo la pluma que esparce

Los indescriptibles versos primeros,

En tanto un coro de viudas virginales

Junta las manos mirando el cielo,

Implorando ponerle brida

A tanto desatino,

A esta existencia mía,

Que ha decidido enterrar la muerte,

Tomando la dicha como destino.

En esta mañanas

Todo se comprende,

Mucho se perdona,

Hasta la astucia de los demoledores,

Seres que viven a la sombra,

Leyendo a Hegel,

Como depredadores,

Que nunca aprenden

A sumar correctamente,

A escribir sin errores, de corrido

Que utilizan los pinceles

Para perforar las telas,

Sin saber que buscan en su olvido.

Hay mañanas que son completas,

Las que puedo tomarte el ruedo

De tus prendas por el suelo,

Las que levantan monumentos

A la letanía de mis ruegos,

Al sobresalto risueño del deseo

Esas jornadas al amanecer

En las que creo en dioses,

Porque al vernos en el espejo,

Capturados en un laberinto nuestro,

Creo alegremente que llegar tan lejos

Es la recompensa por tanto anochecer.

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