domingo, 20 de febrero de 2011

LA MIRADA DE ELLA

Ella me mira a diario,


Creo que yo lo hago

De manera persistente,

No me despierto aún

Desde un domingo de septiembre,

Desde esa tarde

Ella es parte de mi respiración,

Trata de entenderme

En mis singulares complicaciones

En mis febreros natales,

En mis acuarianos soles,

En mis rabias de perro vagabundo

Me contiene,

Me persuade,

De que el mundo no es justo,

Y quizás sea menos hostil

Si depongo mis acalorados berrinches,

Cosa difícil a la sombra de una ginebra,

Mansamente aceptado por mí

En los días de agua llovida,

Y sigue mirándome.

Tanto le he hablado

De mis recorridos enloquecidos

De mis peleas,

De mis vicios,

De mis vergüenzas,

De mis pecados,

De la escasa siembra de aciertos,

Le he dicho de la alegría inmensa

De mi apellido multiplicado,

De mi descendencia,

Que solo supe aferrarme a ella en fotos,

De mi torpeza,

De tantas cosas lindas que tengo

Que ya es hora de empezar a disfrutarlas.

Ella me mira sonriendo,

Me besa cariñosamente,

Sabe de mi devoción,

De mis largos agradecimientos,

Me suelta algunas frases

En la plática cotidiana,

Entre mates, caricias y besos

Detrás de los cristales a veces,

En la mecedora del living en otras,

Pero ineluctablemente

Hemos aprehendido los regalos de la vida,

El ramillete de ternura,

Sus golosinas generosas,

Debo ser sincero

Vivo mucho más plenamente

Desde que reconozco que me mira ella

Y que me gusta que así sea.

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