lunes, 7 de febrero de 2011

LUNES SIN COLORES


Todos los lunes


Me disuelvo en la irrealidad,

Me cuesta vislumbrarme,

Verme en los espejos rotos del domingo.

Al empezar a vestirme

Veo una luz opaca detrás del vidrio,

Que me augura la posibilidad de vida

En la pesadez de este comienzo de semana.

Cuando llegue el mediodía,

Evocare aquel alocado colibrí

Que se detuvo ante tu figura sin corpiño,

Creyendo ver los veloces aleteos

En ese mendrugo de atardecer

Que se paralizó ante un océano de gemidos,

Y allí siguió,

Frente a la ventana de la izquierda,

Desapareciendo en la apertura de las entrepiernas,

Cuando el último día de este ciclo

Se devoraba la luna a bostezos.

Llegó el viento atroz,

El que consume con vehemencia el descanso,

Dejándonos en esta soledad tan absoluta

Tan principiante, tan absurda,

Que bordeando la fina línea de la cordura,

Me interno en la piel de este febrero,

Sabiendo que el aire enloquecido de estos días

Sopla las llamas estrangulando arboles,

En tanto cuento la hora pera el reencuentro,

Minutos eternos, segundos inmóviles,

Y la locura por ver el rojo de tus labios,

Decir te quiero posándose en mi lengua,

Mientras las palabras edifican y se evaporan,

En ese tiempo inexistente,

Cuando las flores despiertan bruscamente,

Volviendo a desplegar sus alas el pájaro de los sueños

Sintiendo que caes abatida en nuestro lecho

El colibrí no esta, se ha ido

Lo único cierto

Es que mañana es otro martes conocido.

No hay comentarios: