Como no hablar
del amor
si vengo
renegando de la muerte
como no hacerlo
si he medido su dimensión
con los ojos cansinos
de poeta
lo he sopesado en
la punta de mis besos
sumiendo mi
lengua en la hiel de su veneno
he desarmado cada
una de su moléculas
en piezas de
clamores amordazados
de ilusiones
despintadas por el tiempo
he crecido construyéndolos
amurallados
aunque hubo épocas
de libertinajes
he soportado las
canciones genocidas
como las letras
que generan ese amorío
desde las
entrañas montaraces de la poesía
he andado por
pasajes que no tienen salida
como por senderos
con las huellas estiradas
he sido lobo entre
muchos animales
viendo las
primeras luces cuando recién anochecía
he sabido detectar
como circulan amoríos falsos
con solo comenzar
a probar las letras del abecedario
por lo tanto
puedo equivocarme muchas veces
puedo confundir
los calores de los sentimientos
más un puedo sostener
a rajatabla mi equivocación
pero lo que no
dejare jamás
serán los vocablos
de la conquista
las naves
enflaquecidas de mi seducción
la idealización de
puertos vírgenes en lontananza
porque el amor no
viene con un aguacero
ni se lo recoge
de una consistente cascada
hay poco azar mas
tanto esmero
que aquello que empieza
con la intención
requiere de la
forja de miles de alboradas.
Roberto Brindisi
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