Me quedan
retazos de
humanidad
de sentir el
dolor en mi cuerpo trajinado
en mi alma
acostumbrada
entre mis
arterias fluye sangre
igual a la que
los asesinos derraman
tengo la carne
entera
distinta a la de
los inocentes
que cometieron el
pecado
de no poder ocultarse,
defenderse
de las bestias
sionistas irracionales
de no saber volar
como esos pájaros de guerra
de mirar con los
ojos inocentes
caer sobre otros
pares, otras mujeres
sobre aquellos
viejos ancianos de piel apergaminada
un sinnúmero de
misiles sin pasado
que mutilan,
matan, denigran
veo las fotos
sabiendo que es más grave
ya no me pregunto
porque no se rebelan
los judíos que se
victimizan con el holocausto
ya sé, desde hace
tiempo, que los actuales
no son hijos de
la shoa
son los bastardos
de los nazis
los hijos no
reconocidos pero con el mismo accionar
Spinoza se
revuelca dejando de pulir cristales
desde cuando
tanta muerte
traerá algo de la
perdida calma
con cada disparo,
con cada bala
con cada aplauso
de muchos de sus ciudadanos
hace tiempo han
perdido el alma
Palestina es el
nombre de la dignidad
recogeremos las
partes, la pesadumbre
porque llegara el
día en que desaparecerán
liberara la
tierra de su faz tanta maldad
volverán las aves
a sus limoneros
regresara la risa
de otros niños
quizás todo sea
una terrible pesadilla
pero nunca más volverán
los carroñeros!
Roberto Brindisi
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