jueves, 26 de junio de 2008

MUERTO EN VIDA

Prematuros recuerdos desertores
De una temprana adolescencia
Escondidos holgados en la mente
Los convoca ahora a su presencia
Este hombre que derrocha tiempo
Repara en un solitario minuto
Su imparable taimada decadencia
Estrujando su memoria como un esputo

Nunca vio correr el agua azul de un arroyo
Bajo un cielo diáfano y saludable
Negó los poros de una hembra despierta
Que con cadenciosa música perversa
Despertaba a los dioses honorables
En tanto este mortal fue cara inversa
Como un abúlico sacerdote deplorable
Hundido en la más profunda nada inmensa.

El hombre construye su posteridad
Puliendo el tiempo en ardua borrachera
El poeta describe exacto aquella soledad
La inversa a cuando sedujo a quien quisiera.
Ahora es el crucial momento del arqueo
Cronos es una ligera flecha envenenada
Cuando se siente vaciado del vital deseo
Eros es un publicano que protege la morada.
Es un fariseo que recorre el acre lupanar
Hasta que se vaya la noche en esta madrugada.

La piedra, el mármol negro azabache
Cubre el ciclo imperfecto desperdiciado
Por un falso Prometeo desencadenado
Moribundo bajo un farol de lumbre
Dejando pasar lo antes pasado
Sin respirar sensualidad que lo deslumbre
Hizo honor a ser un anodino destemplado
Acampó por años en la nada haciendo cumbre
Despertando en la jornada de su entierro
Sin inmutarse agradeció en silencio, callado.

Ha pasado alguien que no ha vivido.

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