viernes, 20 de junio de 2008

REFLEXIONES INCOHERENTES

A que sabe la manzana de este sueño?
Despierto, incorporado, incluso aturdido
Evoco el vuelo de un ave ensangrentada
No pudiendo preguntarme por el sentido
Que en el descanso tuvo esa fantasía
En el que unas carnes duras desgarradas
Sedientas suplicantes a mis labios requerían

A que sabe la nieve derretida en la velada?
Tendrá el sabor de un beso hueco,
O quizás a lo salobre de un pubis virginal
No suprimo el resabio de un fruto seco
Ni la belleza del aguacero matinal
Tal vez los sabores de esta madrugada

Incorporado, escudriñando por la rendija
Veo que el universo gotea añoranzas
De un minotauro, Penélope es la hija
Regresa Ulises cargado de esperanzas
Intuyendo que será su esposa la que elija
Que de nada valdrán sus andanzas.

En el devenir temporal de mi relato
Vale tanto el relincho de un potro amansado
El suave maullido felino que rescato
La novicia que con fuerza tañe la campana
Que inmoviliza un momento su volcánico arrebato
En un convento donde en el silencio de la noche
Las abadesas ha ese dios se han entregado.

Todo es una simple, efímera narración
De mi torpe y malograda evocación
El mundo es mundo cuando pienso
Que lo rememorado siempre cabe en un verso.

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