Hay un límite
Deshecho en los bordes
De tus aguas torrentosas
Las que nacen mansas
Las que crecen lentamente
Sorprendidas en lo agradable
En la calidez de esa caricia de pájaro herido
Que despliega arduamente sus alas
Y con su canto armonioso
Roza los bordes de tus labios
Hasta que el blanco de ninguna alborada
Tiñe tu vientre de mujer trascendente
Dices que hay un límite
Que nunca has conocido
Porque te desbordan los vinos de las rosas
Te superan los disparos de mi boca
No contienes los sinfónicos gemidos
Ni el destiempo de una entrega entera
Ni los pedidos que reclaman lo prohibido
Ni nuestras sombras excediendo lo encendido
Como se elevan anclas en el bergantín del tiempo
El que busca cegado la dársena
De las oquedades en tiempo lujuriosas
Haciendo caso omiso de algún edén perdido
Ahora se que no hay limite
Al bosquejar lo acerado de tu deseo
El terciopelo novedoso de tu dermis
Que se desliza salvaje sobre mi madura selva
A la espera del zarpaso de la negra pantera
Que viene hambrienta por su presa
En el momento ultimo del infinito
Cuando han fenecido los dioses de tu olimpo
Cuando todo lo creado desaparece
En el misterioso vacío de tu turbulencia
Que le da un dinamismo inconmensurable
A todo lo que se manifiesta en esencia
Y no existe el tiempo ni los limites
En esta tierra tuya
En este continente ardiente
En estas horas perdidas en segundos
Ni en las noches de sabanas fatigadas
De caricias que construyen un mundo diferente
Entre dos huérfanos de amores desparejos
Que desmontan los prejuicios más añejos
Los que pretendieron desdibujarnos en el hastío
Cuando dejamos el recuerdo de nuestro amor por siempre
en los espejos.
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