VENGO

Del polvo vengo

según los libros sagrados,

mas yo creo venir del barro

ese lugar donde se desperezan los dolores

ese continente de heridas y de abrazos

ese espacio oscuro y duradero

pero al venir fui descubriendo

el polvo de palabras vírgenes

el soplo de golondrinas vivas

la abertura de soledades viejas

las esquinas de adoquines huecos

el charco de lágrimas derretidas

el amor guardado en poesías añejas.

Venir he elegido

no regresar nunca al olvido

a esas zonas de resonancias secas

de plateadas ramas astilladas

creer que mi figura

es la encarnación de la escritura

cincelada con el mango de la rosa

prendidas a las carnes del espino

incendiada mi pasión

entre los bellos de tus vocales cónicas

o de unos adjetivos en falsa escuadra

que al ponerse los rayos de la tarde

me acurrucan esta ultima desolación.

Así estoy

llegando cada día

hasta el portal de tu angosta sacristía

donde se asila este subversivo de la vida

este guerrillero de los versos

que intenta asirse a la existencia

en tanto juega con los bordes de tus tajos

entusiasmado con la forma de tus besos

hemos de jugar al mismo juego

con el amor de nuestros huesos como esencia

que voy llegando hasta tu mayor profundidad

tratando de encontrar en el amor el máximo atajo.