lunes, 29 de julio de 2013

ALMAS ERRANTES


Hoy
la noche insiste en callarse
yo espió por la puerta de la nocturnidad
no hay autocompasión
es imperioso retornar al mutismo
pero no a ese silencio redondo
compacto
sino a la afonía relativa
cuando por los poros de tus piernas
asoma la madrugada llorona
no quiero dejar escapar la noche del deseo
no me atrevo a perder nuestra piel
en el caldero de esta pasión
ni desenfundar mi húmeda lengua
sobre las estrellas de tus erectos pezones
a pesar de que nos aferremos con tenacidad
a ese diluvio de besos voluptuosos
que calientan nuestros sabores humanos
empezando a derretirse la puerta mágica
lugar por donde entran y salen mis navíos
esos que se ufanan de su mástil pirata
cuando levamos velas en la alborada
enrededados en un caos de sabanas
y mis ojos relucientes como perro rabioso
escuchando el rugido mudo de mi enamorada.
Por lo tanto es urgente
regresar al campo del silencio y cavilar
asombrarme de ser yo
aunque la fascinación signifique cierto desarraigo
como un sueño entre paréntesis
semejante a una ventana de porcelana
mirándome en un espejo como caigo
en el fondo más oscuro de mi tiempo terminal
con la certidumbre de que la muerte me elude
ensaya una larga gambeta
quiere verme escribir sin aceptar un final
siento como si me hubieran amputado la sangre
como si las venas fueran extrañas corbatas
me alzo en la noche con una daga en la mano
para devastar el mundo de mis vigilias
y verme sangrar de repetidas vocales
apoyado en el cadalso de las consonantes
será la tierra tan extensamente plana
como son de verde tus ojos asturianos
será que no me di tiempo para terminar

estos versos de un poema para nuestras almas errantes.

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