jueves, 29 de mayo de 2014

JARDÎN DEL INFINITO


Tiempo
minutos que se derraman
me invade la idea de mi imposibilidad
la de escribir lo que se
de borronear lo que ignoro
en el pecho siento un impacto
quizás el latido de mi corazón solitario
quizás un disparo de adentro hacia afuera
no he de garabatear versos a un cielo vacío
ni gastar tienta en intentar seducirte
solo sé que estoy paralizado
rodeado por el bullicio de la gente
me parece oír lo áspero de tu voz
que me invita a revisar la nada
a sumergirme en un mar de dudas
mientras camino hacia nuestro encuentro
sin saber cuándo será
si en la oscuridad de esta noche de mayo
si en las madrugadas amándote con locura
si en la mañana cuando las forma de tu silueta
se pierden en estas calles tan angostas
mientras a lo lejos veo el movimiento de tus nalgas
ahora el cuarto está repleto de silencio
en la multitud mi soledad resaltará
las líneas de un poema regresan a mis dedos
como pájaros que retornan en verano
escribiré una poesía erótica
subido al promontorio de tus senos
pondré la música de los gemidos de alborada
recordare las formas de mi tentación
desplegando la tersura de tu piel
sacudiendo las gotas sudorosas del deseo
me internare en mi laberinto mitológico
donde con una taurina hice el amor intensamente
tartamudeando entre los pliegues del placer
fuimos y seremos dos infantes
que buscan en los jardines del infinito
ser solo el amor entre un hombre y una mujer.

Roberto Brindisi

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