viernes, 30 de mayo de 2014

SIGNO DE LUJURIA


En una tarde huérfana
de finales de este mes
miro las palmas de mis manos
tratando de adivinar mi infortunio
preguntándome porque aquí
en esta esquina sin sobresaltos
nunca el cielo hizo caer polvo de rosas
ni permitió que llovieran trozos de papel
no soy de preguntarme lo obvio
sino de abarcar en un abrazo la infinitud
los tramos desconocidos de la alegría
el lapso vibrante de un beso prestado
de tus labios humedecidos
intento abrir surcos en tu pelvis
derramar el alcohol de las tabernas
diferenciar tu aroma y el de las putas
las de siempre,
las inaugúrales
las que marcaron mi sexualidad
sin preguntar de dónde vengo ni adónde voy
solo aconsejarme sobre la vida
porque no hay más sabiduría que la mundana
esa que sobrevive de leer las calles
de dejar sensible mi trayecto
alumbrando todo lo posible donde pongo el pie
donde coloco mis delirios
como puedo remontar en un potrero
el barrilete simple de mis angustias
cruzar descuidadamente el paso nivel
llegar hasta el patio de la morada
esperando que sea tu silueta la que abra
y encandilándome con un vestido de pieles
desnuda sobre el lecho amoroso
me recuerdes cuanto tiempo me aguardaste
cuantos orgasmos se extraviaron
para mirarnos largamente con signo lujurioso.


Roberto Brindisi

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