jueves, 2 de septiembre de 2010
SIEMPRE HAY VIDA
A que ha de referirse mi poesía
Sino a la vida
O esa posibilidad de cerrarle paso a la muerte
A negarle a la parca que esta conste
Porque mientras planea una hoja suelta
De algún árbol inmenso
O de uno insignificante
Siempre hay vida
Y la hay más allá de ella misma
Aun antes de ella misma
Porque hubo un antes
Que nunca fue ni será registrado
No mientras una mano de felina hembra
Acaricie mi vientre sublevado
No en tanto unos labios devoren
El nombre de mi barco
Mientras unos gemidos naufraguen
En el último arroyo de tu esencia
Sigue habiendo vida
Esa extraña que se bate a duelo
Cada alborada
Con los monstruos inexistentes de la finitud
Sigue habiendo
En el susurro de tus palabras aquietadas
Por el galope enardecido de algún equino
Esos que se encabritan y desbocan
Que acompañan el vuelo de las águilas
Las que desconocen el Coran y el Talmud
Las cruzadas por la tierra santa
Tan prostituida que Jesús jamás las reclamo
La espada también habla de la vida
De aquella que pretende cegarse
Pero la espada enmohece
Se arrumba, se oxida
La vida sigue siendo eso, vida
Sin memoria del feroz exterminio
Sin pleitesía al último de los cruzados
Nada, ni una palabra
Nunca le dirige la mirada al asesino
Al genocida
A esos muertos que se consumen lentamente
Creyendo que vencen en un oscuro marzo
La vida nuevamente planta su bandera
En la soledad de una multitud de marginados
En el altar máximo de cualquier enamorado
En tanto mujer se desnuda frenética
Busca a aquel que le entrego su inocencia
Reclama en su permitida pequeña muerte
Con una exhalación infinita
Que la aprecien en cada beso lleno de impaciencia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario