lunes, 9 de enero de 2012

INTENTANDO

He intentado


No humillarme ni considerarlo,

No he llamado

A quien no quiere venir,

No me entristece

Albergar a quien arriba con deseos de verme,

No odio a aquel que opta por amarme

Aunque yo no le corresponda,

No me fascina

La hostil indiferencia de algún otro,

No quiero una noche de naufragio,

Prefiero una tarde de golondrinas serenas,

Así son mis días, sentado en el zaguán

A la espera de que florezcan mis presagios.

Se que necesito

Encarnar augurios, vigilias y sueños

Aunque el mundo se conmueva cuando gira,

Aunque los árboles pierdan su follaje,

Me nutro de un amor cansino,

De mujer parida en el cantabrico,

De cuerpo voluble vestido con palabras,

Recorrido por mis versos,

Penetrado por mis estrofas,

Fecundado por la savia blanquecina de mis letras.

Una noche sexual es un corte tajante,

Difícil de unir con obligaciones,

Con relojes, con horarios,

Será un boato de lo espontáneo,

Todo a la inversa de nosotros como amantes.

Una noche sexual es agonía,

Es una falsa muerte que resurge de la pasión,

Se que ella, mi hembra, mi mujer,

Con ciertos gestos, ciertas palabras,

Pierde la conciencia en la ebriedad de su desnudo

Como si fuera algo lejano y ausente,

Repetimos lo que nunca vimos,

Haciendo el amor siempre por primera vez,

Porque nos perdemos en el sol de lo turgente.

En sus ojos del color de la maleza

Veo la misma necesidad de consumirnos,

De insistir golpeando portales que se abren,

Amarrar la barca a los muelles de la piel,

Ser lucido entendiendo que el sexo y la escritura

Anidan nuestros anhelos y vivirlos.

Hoy puedo despojarme del silencio

Hablarte quedamente al oído

Puedo permitirme sonreír como un niño

Saborear tus palmas ahuecadas,

Burlando la malicia del abandono

Porque aquí estas, porque no te has ido.

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