miércoles, 18 de enero de 2012
UNA TARDE SOLEADA
Tarde soleada
Silencio en el ambiente
Una mesa bien regada
Y comensales indiferentes.
Tarde que se va
Y afuera mi silencio,
El bullicio no es mi lugar
Pero es parte del repertorio
Abrir las puertas de par en par
Mostrar los cuartos tal como son
Ser un excelente anfitrión
Entregar alguna dama por un alfil
No hacer enroqué donde no va
Y aceptar un jaque mate a mi petunia.
Es de noche y con calor
En esta casa ya no queda nadie
Ni siquiera un halito de viento
Toda la tempestad afuera
Toda la mortandad adentro
Y recojo algún corcho de vino
Arrepentido de no tenerte conmigo
No quiero preguntarme
Donde estarás
Pero ya lo hice
En que lugar te encuentras
Que yo pienso que te he perdido
Aparece sin enaguas de piel de hembra
Solo me vasta que vengas
Que me digas que el verano ha llegado
No con palabras
Sino de modos desbocados
Creí encontrarte en la Giralda
La ultima famosa lechería
Lugar donde se encuentran los deseos
Los ojos, las miradas
Yo se que darías todo
Por el rescate de una bohemia madrugada.
Y donde estoy
Que no puedo morir tranquilo
Tampoco ese es mi deseo
Pero al despertar solo, despavorido
Me entra el deseo de volver
A ser tan simple
Solo una bocanada de aire dolorido
De océano de letras sin destino
Quizás en una biblioteca de textos reprobados
O amanecer sobre tu vientre
Sin las ropas, ni las letras que me cubran
En este edén de mano rota
Y de poeta que olvida su pasado.
En esta alborada se que has regresado
Y dentro de mí se nota
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