Lentamente
Voy gastando enero,
Voy trepando por el cuerpo
De un silencio caprichoso,
Plegando la mirada que regaña,
Los filos de tu verde espesura,
Las calles de tus besos mal habidos
O el aroma de tus labios que me apañan.
Sin apuro
Voy silbando una vieja canción
Por las veredas de este miércoles,
Pensando que no regué las plantas
Que mi mujer ha acomodado en el balcón.
Es temprano,
Para tantas cosas es prematuro
Que en una punta de mi mente
Se asoman los asuntos pendientes,
Los que no tienen remedio,
A esos no consigo alcanzarlos,
Son temas peliagudos,
Los escondo detrás de un florido muro.
Sin prisa veo
Desparramadas las noches de este mes,
Me atosigo de caricias tuyas,
Lleno el vértice partido de mi abandono,
Me conmueve verte jugando con la almohada,
Tengo presente que las gotas del deseo
Suelen secarse con la prisa del verano,
Mientras que en el zócalo terracota de tu vestido
Me pierdo como en las noches de soledad,
Cuando nunca regreso porque nunca me he ido.
Afuera la tarde es más triste
Prefiero la algaraza de mi espejo
O la quietud de mi mesa de luz,
La ropa que desparramada en las baldosas
No se animan a bailar este bolero
Porque se enredan con las otras cosas.
Con suave lentitud
Dejo aflorar mis sensaciones,
Te despojo del último pretexto
Que se interponía en el espacio
Y en la tersura del límite preciso
Apretó con fuerza tus reparos
Sintiendo como se vuelca un lamento,
En la comisura del filo de la cama,
Enero se empieza a borronear de nuevo,
Seguro morirá un treinta y uno,
Lo recogerán las letras de alguna poesía,
De algún juglar de voz rugosa
En el himeneo caliente de este mediodía.
Lentamente,
Todo a su debido tiempo…
jueves, 12 de enero de 2012
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