sábado, 7 de enero de 2012

GOTAS DE MAR

Se marchó


El tiempo de los apetitos impetuosos,

Solo queda

El contorno del deseo,

Los bordes de la ausencia,

El recuerdo de ese ultimo gemido,

El estertor de un molinete descompuesto,

Las fibras de unas manos suaves

Y la planicie de este primer alarido.

Dicen que se ha ido

El tren de vagones de madera,

El venerable desconocido,

El vendedor de trozos de infancias de mentira,

Que ya no quedan las fantasías

De reyes magos de yuyos y regaderas.

Vaya que poco dura

La alegría de saber una poesía,

De jugar con Dios a la rayuela,

De escribir un cuento invisible,

Uno de esos que duran de por vida

Ya que al no ser profanados o leídos

Te lo cuento al oído mientras lames mis heridas.

Aprendí que lo duradero

Se hace de retazos diarios de lo efímero,

De los rojos labios humedecidos

En la fuente del placer mas verdadero,

El de tus cuentas de mujer milagro

Que seca mi sudor con su vestido.

Es cuestión de percatarme

Que son de sueño esos ojos verdes,

Como así también el carnaval de nuestros días,

Que se termino casi toda la serpentina

Que desparramaste en el cuarto con alegría,

En tanto recojo los trozos de lunas agujereadas,

Eterna hechicera que cayó por mi cortina.

De este andar contando

Se me seca la tinta de mi lengua,

Se que no huyeron juntos sujeto y predicado,

Quizás en esta mesa de antiguo bodegón

Quede inscripto tu nombre y mi melancolía,

Quede pegada a la pared

La duda de merecer la dicha de tu melodía,

Más nada es gratis en este peregrinar,

Son las suelas que se gastan día a día,

Los pasos que retumban en el pasillo,

Los gladiolos que me entrego su aroma,

De algunas cosas estoy seguro,

De nuestro amor calmo o por momentos incandescentes,

De las palabras que nos conforman en la alborada

Y que somos gotas del mar en el presente.

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