lunes, 13 de enero de 2014

LA GOTA PENETRANTE


Una gota espesa
toca mi cabeza y la penetra
hasta inundar mi boca
hasta hacer que crujan las amarras
y salga expulsada en forma de vocablos.
Sucede desde hace siglos,
esta gota obstinada me golpea
en un lugar lejano,
remoto,
que asemeja a un puerto en plena fiesta,
la gota imita al instante, se disipa
yo me quedo y parto a la vez
tengo las canas mojadas
y parte de mi piel inhiesta.
Nada ha de impedir que nos encontremos
ni la lluvia furiosa que cayó en otro sitio
ni los golpes que alguien tira enceguecido
ni los improperios dichos por una anciana
esto solo es parte del paisaje
de un dibujo matinal con forma de letras,
levantaré tu falda sin prendas intimas
y mi pluma dirá que nos conocimos
que anduvimos por el parque de la memoria
que ilustramos nuestros recuerdos
con las ropas arregladas para impresionar,
dejas caer tu silueta
en el entorno de la hierba
imito tu caída tomándote la mano
caigo sobre el circulo de la esperanza
nos dirigimos prestos a encender los rincones
terminando por destrozar los prejuicios vanos.
Afuera camina tu mirada
se detiene en las enredaderas de viejas mentiras
extiendes tus dedos fulminando la trepadora
abanicas con tus cabellos los sueños
aquellos en que aparecías sin poder ver tu rostro
comienzas un mudo discurso
que se compone de deseos y lujuria
de placer compartidos en alboradas
veo como emprende vuelo el tiempo
el mismo déspota que se hacía eterno
el que rendido a mis pies descubiertos
reconoce que el sexo puede dar a luz al amor
que trampéo en el juego de naipes
perdiendo cuando reconoció sus desaciertos
esta vez sin atenuantes, eximido de dolor.

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