Los miserables
los cobardes dueños de toda cobardía
los que gastaron sus nudillos
golpeando puerta de cuarteles
los que se olvidan quienes originaron el desastre
los que aplaudieron bombardeos
sobre una plaza de gente indefensa
los que se dicen demócratas
aplaudiendo golpes de estado
los que duermen tranquilos
mientras profanan el cadáver de esa mujer
los que se alegran con los atroces fusilamientos
de patriotas en los basurales
los que nada dijeron de mayorías proscriptas
con sus derechos conculcados
los que se bañaron con el brazo en alto
con la sangre de los fusilados de Trelew
los que sumaron sus palmadas
a los masacradores de Ezeiza
los que miraban para otro lado
cuando desparramaban cadáveres
sobre el suelo de esta patria insurrecta
por mano y metralla de la triple A
los que elogiaron (y aún siguen haciéndolo)
el veinticuatro de marzo del setenta y seis
los que pegaron con la saliva de las hienas
un retrato de Videla en sus corazones inhumanos
los que aun en su avaricia quieren más opresión
esos,
los maldecidos de la
tierra
nunca entenderán una línea de alguna poesía
de ese inmenso hombre y humanista, Juan Gelman
porque el dios verdadero
el de los pobres y los descamisados de este mundo
les arrancó los ojos
y andan como zombis en la fetidez
de las aguas podridas de este averno inmundo.
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