Siempre hay un momento
uno inicial
el que actúa como chispa
sobre el pasto seco de lo vivido
el que me hace recordar
que siempre estoy comenzando
pronto a dar los primeros pasos
que no sé dónde me han de llevar
sabiendo que busco el lejanía
línea en lo hondo a la que nunca he de alcanzar
pero pone el silencio de mis pies
en un movimiento hacia la amada mía.
Siempre he de perder cosas
en la búsqueda de romper con la soledad
de ponerle matices a los gritos del silencio
de sumar mi humanidad
al inigualable contorno de tu piel en ignición
a esos sueños que aún humean de calor
a las vigilias de encontrarnos en tantas madrugadas
mano contra mano
boca contra boca
besos sobre besos
labios que recogen mi comisura
y en un intento de volar sobre este lecho
nos vimos en aquel viejo espejo
donde las carnes siempre han de estar bien duras.
Cortaremos las correas
de este barco que abordara el mar
corriendo por nuestra sangre enrojecida
siendo quizás la primera señal
de una estrella con destino en la infinidad
será el cielo armado de retazos
escuchando como retumba en el pecho
los ladridos sueltos de nuestra emoción
mujer que corta el aire con el filo de su pasar
hembra que con sus astillas raspa la virilidad
he aprendido a pensar los filos
a cosechar las púas de la más bella ilusión
en tanto existe un nosotros como piso de la felicidad.
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