sábado, 16 de agosto de 2014

HUMEDECER EL RECUERDO


A media cuadra
del parque Chacabuco
puedo morir en soledad
sin que vengan años en mi auxilio
ni siglos que me reporten impertinente
puedo fenecer como un simple mortal
a pesar de mi ganada eternidad
en lucha con los océanos
para abrir agujeros en el agua
para darle color rojo a sus gotas
para alisar con almidón a sus olas
a pesar de todo esto
puedo ser finito si me falta tu amor
si me falta el ardor de tu sexo
porque el infierno no tiene sentido
y el cielo es un país en extensión
inmenso en su latitud
inabarcable en las cotas de su llanura
sé que mi recuerdo evoca otras noches
en las que me desprendí rápido de mis prendas
me calce la piel de amante viril
excite cada uno de mis poros
perfume el espacio de nuestra habitación
aguce el oído en la oscuridad absoluta
para escuchar caer las partículas de tu deseo
sentir como tu dermis era el mismísimo averno
hacer con tus bellos trenzas de placer
encontrar el camino hasta la voluptuosidad
ver como sujetas los labios de tu tajo
como se humedecen mis manos al tocarte
como derrito mi lengua en su recorrido
como escribo mis versos en tus pezones
hasta terminar en medio de gemidos
una obra inmarcesible porque ya ha sido
y ahora es la evocación que quizás retorne
mientras veo como emigran las golondrinas
en busca de un tiempo que no esté perdido.

Roberto Brindisi

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