lunes, 29 de diciembre de 2008

CUADRO SIN ROPAS



Un árbol primitivo y casi seco
En el jardín de un disoluto otoño
Cuando el frío negro ataviaba
La aparición de algún nuevo retoño
De otros arbustos inmorales
Enclavados por corrompidos mortales
En el jardín de un crápula período
Con sus despeinadas hojas desiguales.

Un vetusto cuervo negro
Aparece en mi ventana a mirarte
En tu desnudo lascivo reflejado en sus ojos
Como carne salada, apetecible para devorarte
Puede esperar, no tiene apuro
El sabe que en tu finada voluntad ha de conquistarte
Para que en esa muerte erotizada
Te destroce desde lo màs blando hasta aquello duro.

En ese vergel estas tendida
Sin ropas,
Con la envoltura única de tu piel joven
Guiando con orgullo tu vagina
A dorarse con los rayos de este sol débil
En tanto un silencio inmenso ha caído
Llegando desde el espacio que imagina
Sorprendiendo al momento recién perdido

Miro el reloj de pared con tiempo detenido
Me acerco a la ventana para ver el huerto
Tú te llevaste la cetrina mágica desnudez
Probablemente estas camino hacia el puerto
Donde se dispersan tus paisajes abarrotados
Mientras Icaro roza el sol que aún no ha muerto
En el horizonte desfalleciente y embriagado
Manfredi pinta a Marte con Cupido Castigado.

Asi se fue configurando mi pensamiento
Sobre esas jornadas particulares y agotadoras
Me recuerdo a mí que los padres de cupido
Son Martes y Venus, lo marcial y eros en esta hora
Eso revela absurdamente que en medio de lo caótico
Se mezclen y convivan en una vacía alborada
Tanto amor, tanta guerra, el terror de lo despótico
Acechando la flor del manzano naciendo en esta madrugada.

Decía Gerardo Fernicola en los encuentros entre copas
La vida es un collage, un inmenso cuadro, pero sin ropas.

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