miércoles, 24 de febrero de 2010

EN EL FILO DE LA TARDE


Escribo en el filo de la tarde
Y ahí, en el mismos filo
Decapito una palabra
La veo sangrar hasta que el sol se oculta
Vaya palabricidio que no es penado
O solo peno por la muerte de un vocablo.

Cuando la mente se bate en retirada
Es lo irracional lo que gana
Lo que invade, lo que ocupa espacio
Tanto médano ocre recorre
Tan grande océano deslucido
Que ningún pez razonable nada despacio

Asi es mi mente cuando atardece
Con cuatro pesos en el bolsillo
Con un viejo libro desleído
Con el recuerdo de un cuarto en un manicomio
Con las cosas tantas veces aclaradas
Y con mi poesías que alientan un desvío

Ahora los rayos de la tarde se apagan
Pasan rápidamente de brillantes a ser tenues
No excitan como temas trascendentes
O triviales
O frondosos argumentos deshonestos
Siempre plagiados a alguien o por alguien
Asi empieza lo principal de esta noche
Con mi boca poblada de silencio

Pero a que viene tanta vuelta
Porque no reconocer que me pasan cosas
Porque no decir que las respuestas se me acabaron
Porque no pensar que las preguntas no aparecen
Y me empeño en romper lanzas
Cuando las pulgas verdaderas pican en mi estomago
O en el vacío de mi alma
Ahí donde desertan las esperanzas
Porque la tarde se va…

Y digo en este final de otro febrero
No te rindas, levántate como tantas veces
Tienes porque, tienes hoy un para que
En tu interior quedan millones de palabras
Nada a muerto ni esta por fenecer
Todo esta por comenzar
Solo se trata de encontrar esa palabra

Y rebusco en la faltriquera
En el momento en que comienzo a levantarme
Que difícil hago las cosas
Siempre se trato de lo mismo
Siempre la misma palabra decapitada
Siempre es la carencia del Amor

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