viernes, 10 de diciembre de 2010

EL AMOR EN BUENOS AIRES

Salir a la calle


En un día como hoy

No me resulto fácil

Temí que las calles no estuvieran

Que las veredas de mi ciudad

Hubieran clausurado el paso

Que las casas tuvieran sus frentes desdibujados

Me dio miedo que la gente

Ya no aparecieran

Que no pasaran como moscas

Por las estrechos senderos

Que hubieran dejado desiertos

Los cafetines de Buenos Aires

Que no viera un solo colectivo en todo el día

O los autos se notaran por su ausencia

Que ya no estuviera más nuestra Plaza de Mayo

O la Avenida Corriente

Ni las múltiples librerías

Creo que afortunadamente estaba todo en su lugar

Como lo soñé la última vez

Aquella en la que no salí

Que como hoy me quede en cama

Multiplicando las sumas de mi porteñidad

Si tal cosa existe o ya desapareció

Pero eso no lo se desde el algebra heredada

Solo puedo atreverme a cerrar los ojos

Pensando en Adán Buenosaires o en Saverio el Cruel

Y al abrir mi mirada al mundo

Digo a este cuarto en el que me refugio

Volviendo a observar que no te has ido

Que no eras una estéril fantasía

Ni un deseo postergado

Que existes desdibujando mi efimeridad

Tatuando en el tiempo tu existencia

A través de unos portentosos senos

Unas aureolas angelicales

O unos pezones como señales de transito

Así como desde esta inmovilidad mía

Me desplazo lentamente por tus labios

Freno bruscamente ante el rojo de tu mirada

O me exilio en la patria de tu boca

Como creo que existe el afuera

La Santa María de los Buenos Aires

Por surcar tus ríos color leona

Entre los zarpazos que se cuelgan

En la desnudes de mi espalda

O entre mis piernas

Que son enredaderas

Trepándose y enlazándose a las tuyas

En el calor de este verano interior

Haciendo que mi velero infle velas

Hasta naufragar en alguna avenida

Que es de tu propiedad pública

Aunque yo la usufructúe de manera privada

Así es que sin salir de mi exterior

Comparto mi vigilia contigo

En esta nueva aurora enamorada

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