anduve errante por la sombra del año
con la camisa arremangada, sin botones
y la alegria de saberme ignorante
de las cosas mas sublimes del enjambre
tanto fue asi esta cuestion
que nunca pregunte porque atarlo con alambre
anduve muchas horas por la plaza
con las baldosas manchadas por la ausencia
salpicadas de vacio y de bulliciosos silencios
hasta que decidido fui a tu encuentro
creo que fue en la calle de septiembre
ahi donde no suele dar la sombra
y lo atardeceres son anaranjados
creo que el ascensor me abrio tu paso
y tu puerta despejada de oscuridad
me condujo lentamente
hasta el ultimo hueco de tu primer beso
el que no se olvida en toda la eternidad
hasta sentir como el huracan de tus caricias
despiertan mis pasiones habitantes
en el septimo piso del paraiso
donde se herrumba el espejo de los pecados
sin dejar entreveer que he sido excomulgado
de la religion de los adoradores del desamor
anduve entre tus piernas alargadas
entre la filigrana de tu pubis sonrosada
o en el final de tu espalda humedecida
por el danzar constante de mi lengua
que pone y saca la cerda de su pincel
del tintero tuyo mas astral
y en el agotamiento de tu palabra
en la cascada de tus verbos
durmiendome en los senos de tu predicado
con el texto excitante de un te quiero
anduve y ahora estoy detenido
en el descanso de tus brazos
ahi quiero descansar eternamente
anduve y decidi que era suficiente
viernes, 31 de diciembre de 2010
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