domingo, 12 de diciembre de 2010

UNA SIMPLE POESIA

Las lagrimas derramada en un ayer


Impusieron secar el alma

Saciar el hambre de afecto

No sabía si habrá mañana

Pero hoy...si, ahora

Pareciera que inventaron una palmada

Un abrazo afectuoso

De quien nunca me prometió nada

Ni cuando las rosas

Que en su muerte estaban desparramadas

También esperaban una llegada

Pensando que así serian redimidas

Que las haría sentirse nuevas

Y no esclavas de la muerte en la ventana

En ese atardecer en que todo se reclama

La fuerte lluvia

El desolado y abandonado espejo

Mi alma en su laberinto claro

Los pájaros que descreídos retornaron

Para encontrarse con el aroma de tu piel

Con la fragancia de tu presencia

Con ese olor alegre de la euforia

Sabedores de que andarás ganando playa

Mas reconociendo la arena caliente de este médano

Las olas que contigo están desatadas

Ante el ardor del océano a verse desbordado

Y las alondras volando en sintonía

Ya picoteando el aljibe de tu vulva

Ya con el canto de los jilgueros a tus montes

Ahora el silencio, el vacio, que rinde pleitesía

A los promontorios de tus nalgas

A las palabras que se descuelgan de tu boca

Que confiado,

Creo como un fanático de tu dogma

Que la promesa de tu aparición se cumple

Que hay un tercer día y un juicio final

Que allí valen los números siete de mi cábala

O los logaritmos de los latidos de mi corazón

Que hace meritos ante esa raíz cuadrada

De la tangente de tus senos

La secante entretenida de tus labios

Que derrapan roces suaves en mi superficie

Por eso creo, yo el peor de todos

Este hombre que se unió a Caín y Abel

Para desalojar a un Adán y una Eva

De esta tierra moribunda a ser poblada

Erigiendo como ídolo pagano al sexo salvaje

Al que nos dio y nos dará el mana de la mañana

Convencido que tus besos

Lo son de hembra enamorada

Al reposar de este tu único viaje

Ahora el sol cae a plomo

Sobre el lecho

Proyectando la sombra de los dos

Ahora hay una simple poesía

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