martes, 7 de diciembre de 2010

LA MARIPOSA, LA MUERTE Y EL AMOR...

Ha muerto la última mariposa de este día


Perdió sus colores en un cuarto de noche

Voló por sobre la densa angustia

Más no pudo evitar la desesperanza

Ha muerto y en esa muerte

Se revela que la tristeza es incolora

Quiso tomar aire y sobrevivir

Pero en este espacio hay oxigeno envenenado

Una nada asfixiante la rodeo

Una soledad de inmensa amplitud

La mariposa yace en el suelo

Descomponiéndose lentamente

Pero perdida su condición de insecto

Detrás de ese final

Viene el de la jornada

Pesimista, grisácea

Alicaída como un espectro de fantasma

Alguien dijo

Por ese portal no pasara el amor

La crueldad parecía natural

Gano palmo a palmo la pintura de esa pieza

Convencido de que todo es materia y movimiento

Creyó que ese sitio seria renovado

Saco los moscardones sin miramiento

Limpio en su mente la suciedad de esos espejos

Por la ventana recién abierta

Salieron las últimas oscuridades de lo nocturno

Escucho atentamente

Por el pasillo un taconeo abrió la aspereza

Aguja coronando unos zapatos

Medias eróticas de corta duración

Prendas interiores incendiadas en el abrazo

Caricias lascivas sin fecha de vencimiento

Bocas chocando hasta el acople

Afuera el atardecer se fue agitando

No quería morir sin seguir mirando

Agonizo al ver unos labios perdidos en esa patria

Nació la noche diferente

Iluminada por palabras obscenas y excitantes

En tanto en un juego perpetuo

La apertura se complementaba con la cerradura

Y los puntos cardinales perdieron sentido

Arriba pronto era abajo

Adelante se convertía por milagro en atrás

Las manos naufragaban en aguas calmas

Las extremidades títeres animados

En tanto la oruga comenzó a enderezarse

En busca de morir en el despliegue de una nueva mariposa

Que aletea entre las diferentes oquedades

Deja sus incomparables coloridos

En un nuevo delirio concurrido

En el que dos recrean la utopia del afecto

En la quimera de lo que sucede y lo sucedido

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