Ha muerto la última mariposa de este día
Perdió sus colores en un cuarto de noche
Voló por sobre la densa angustia
Más no pudo evitar la desesperanza
Ha muerto y en esa muerte
Se revela que la tristeza es incolora
Quiso tomar aire y sobrevivir
Pero en este espacio hay oxigeno envenenado
Una nada asfixiante la rodeo
Una soledad de inmensa amplitud
La mariposa yace en el suelo
Descomponiéndose lentamente
Pero perdida su condición de insecto
Detrás de ese final
Viene el de la jornada
Pesimista, grisácea
Alicaída como un espectro de fantasma
Alguien dijo
Por ese portal no pasara el amor
La crueldad parecía natural
Gano palmo a palmo la pintura de esa pieza
Convencido de que todo es materia y movimiento
Creyó que ese sitio seria renovado
Saco los moscardones sin miramiento
Limpio en su mente la suciedad de esos espejos
Por la ventana recién abierta
Salieron las últimas oscuridades de lo nocturno
Escucho atentamente
Por el pasillo un taconeo abrió la aspereza
Aguja coronando unos zapatos
Medias eróticas de corta duración
Prendas interiores incendiadas en el abrazo
Caricias lascivas sin fecha de vencimiento
Bocas chocando hasta el acople
Afuera el atardecer se fue agitando
No quería morir sin seguir mirando
Agonizo al ver unos labios perdidos en esa patria
Nació la noche diferente
Iluminada por palabras obscenas y excitantes
En tanto en un juego perpetuo
La apertura se complementaba con la cerradura
Y los puntos cardinales perdieron sentido
Arriba pronto era abajo
Adelante se convertía por milagro en atrás
Las manos naufragaban en aguas calmas
Las extremidades títeres animados
En tanto la oruga comenzó a enderezarse
En busca de morir en el despliegue de una nueva mariposa
Que aletea entre las diferentes oquedades
Deja sus incomparables coloridos
En un nuevo delirio concurrido
En el que dos recrean la utopia del afecto
En la quimera de lo que sucede y lo sucedido
martes, 7 de diciembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario