Cuanto tarda
La hoja del árbol en caer
Sobre la gramilla del texto,
Sobre las letras borroneadas,
Encima de los andenes derruidos,
Cuánto tarda
Si no quiere quedar congelada
En el espejo de mi gramática?
Cuanto tiempo se consume
En la abertura de la nada,
En el vacio de la existencia,
En la desesperación de una vida sin rumbo.
Cuanto?
O quizás no sea medible,
Ni pueda pesarse,
Como no se pesan mis versos
Cuando gravitan sobre tu mirada,
Cuando buscando un ingreso
A tu tímida morada,
Donde los pasos del deseo
No provocan ruidos balbuceantes
Sino un silencio de lujuria atrapante.
Y me repito obstinado cuanto?
Cuanto es el espacio recorrido
Hasta alcanzar un beso de domingo,
Un abrazo inesperado en la despedida
Que se transmutó en bienvenida
¿Cuánto es el tramo,
Cuanto los metros,
Cuanto los agujeros en una tarde,
Todavía invernal?
Pude contabilizar en mis bitácoras
De capitán del barco de mi vida,
De perspicaz pirata embaucador,
Que se dio a escribir sobre tus costillas de hembra,
Con el alfabeto que le dicta el éxtasis,
De bucanero perdido en cada ganancia,
Contando las muescas hecha en su espada,
Hasta que vi de frente unos ojos verdes,
Que sin intimidar me dieron señales
De llegar a la buena orilla,
A las barracas donde las flores crecían
Sin renegar de lo plantado y lo por regar.
Así deje de preguntarme por la cuantía
Y pase a poner mi mente en la esencia,
En eso que se ve cuando está oculto,
Que está muy presente cuando estas ausente,
Pensé por un instante
Es muy interesante dejar de preguntarse,
Es más valioso para el cantero de mis símbolos
Saber que al buscar te encontré
Y al encontrarte aprendí lo positivo de darse.
En esto si se tarda
Pero cada uno con su ritmo
Con su propio andar y su movimiento
Hasta comprender que no vale el tiempo
Sino la dirección del intento.
Así fue y será…
jueves, 21 de julio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario