jueves, 21 de julio de 2011

EL VALOR DE AMAR


Desde donde vengo,


Lugar sin espacio,

Con vacíos desdibujados,

Con minutos estancados,

Con plazas sin hamacas

De juegos destruidos,

De noches oscuras

Como fondo del blanco de mi insomnio,

Desde ese lugar tan frío

Se puede remontar la vida,

Aunque parezca cuesta arriba imposible,

Se puede sino se sucumbe en la tentativa,

Y creo que pude más por cobardía,

A perder lo poco que tenía,

Que a la valentía de apagar tanto dolor,

Valor este que es una peor manera de evadirse,

De nadar, como muchos, en las aguas más liosas.

Como constaté que pude,

Como sufrí muchas veces el poder,

Como me quise rendir en medio de la pelea,

Es que valoro haber tenido un domingo de sol

Con días sucesivos,

En los que no han hecho agua,

Sino han parido gotas de armonía

En el recorrido por el calendario,

Gotas que aun muy divididas,

Han soldado las sombras de las soledades,

Le han dado una única voz al deseo,

Se han mecido en tardes aturdidas,

En anocheceres con pocas salvedades,

En las mañanas de dedos entrecruzados.

Se que he parido alboradas,

En las que el sueño nos cobijaba,

En mi país sin fronteras ni accidentes,

Confundido con el tuyo de líneas coloradas,

De geografía accidentada,

Con nombres en tus tribus antañas,

Configuradas en mis algarabías,

Danzarinas de bailes gitanos,

Castañuela entre tus delgadas piernas,

Que revisten el desnudo de tu vientre,

Con pañuelos multicolores coloreando el suelo.

De donde vengo,

Que es mucho más oscuro

Que lo que pueda uno recordar,

De donde vengo, no hay luces ni olores,

Solo el de la muerte que espera quieta,

Pocos nos asomamos al borde de lo inalcanzable

Para que ahora sea solo es una evocación

No me olvide nunca

Que los milagros pueden suceder

Que los milagros pueden concretarse

De color azul templado o verde esperanzado

Teniendo tú forma de mujer.

Desde donde vengo y a donde llegue…

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