jueves, 4 de febrero de 2016

ONIRICAS


Me dejó
un rio de interrogantes
las cartas marcadas del fracaso
los puentes derruidos por la soledad                    
alcanzando la orilla de mis sueños
que pretendió transformar en pesadillas
arrancándome con sus incisivos afilados
la desilusión que disfrace de esperanza
pudo vanagloriarse de masacrar mis pájaros
pero me quede plenamente con las alas
y allí me perdí
sin saber quién dejo a quien al borde del abismo
solo sé que amanecí en el piso de una vigilia
que fui recomponiendo el estilo de mi vuelo
no forcé la puerta de una nueva embestida
me propuse andar sin esperar cobrar venganza
hasta que en la noche de mi cielo
aprendí nuevamente el nulo valor de la inquina
y perdone perdonándome
por breves segundos fui un dios en este olimpo
el de mi vida ahora propicia
pero tuve que conocer  el barro en una esquina
la humillación de la derrota
escribiendo en el frontispicio de mi espejo
ha de llegar lo que merezco por propio peso
en un camino de silencio que se nota
al estallar las esquirlas de mis magnolias
me dejaron tantas cosas
que empezar el recuento de los daños
sería tan mezquino con mi fortuna
que el destino se perdería en un laberinto
desenterrando el minotauro de aquellos años
lo que conserve fue la fortaleza de mirar hacia adelante
viendo a los dioses emborrachados
en una taberna sucia y prostibularia
construyendo los espacios  vitales anhelados.

Roberto Brindisi

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