viernes, 26 de febrero de 2016

LISONJA


Qué pides
nunca hago cuentas que me sean extranjeras
miro con ojos prestado por mi historia
tengo las manos congeladas de tanto calor
màs no amo
no, al menos hoy
nunca he publicado algo parecido en mi diario de hojalata
nunca le confesé al párroco amor inexistente
no recorrí mi soledad para confundir mi sabana
recuerdo si
que hoy colgué las magnolias del alambre
el agua que caía era carmesí
no tengo memoria de haber prometido algo
o es que la evocación de mis mudanzas
de mis múltiples borracheras de letras
me forzaron a escribir en alcohol
caí tantas veces pero nunca impulsivamente
no traicione la mano de los mancos que me ayudaron
si creo haber sido cristalino cuando me calle
es que muchas veces mi silencio es estruendos
el silbido de mi especie
requiere no confundir mis números por letras
de ser asi no he de cargar con la cruz
hablo con mi propia voz
camino con mis propios zapatos
las huellas son de los pies de mi propiedad
quisiera levantarme de mi tumba
si pedí a otros vivir mi propia muerte
me levante creyendo que no podría
y aunque mi traje es de retazos de harapos
es mío nada mas
no me busquen en el mostrador de las lisonjas
no he de pedir que alguien se cargue de afectos
para que asi enfrente las lujurias de unas monjas
no he de andar viviendo esclavo de mis mentiras
solo cabe aprender andar erecto
no pidas lo que te cabe forjar
no ruegues
levántate y se feliz por diez segundos
gánatelo, no pidas…

Roberto Brindisi

jueves, 25 de febrero de 2016

LA SUERTE DE NO CREERSE POETA


Y que de mis espinas
de la perversidad de mi silencio
de mi hastió por leer poemas
que son fraudes melosos
amores de fantasía
inexistente,
sazonados con tanta miel
que repugnan aunque diga excelente
empalagado de egos falsamente geniales
léete humildemente
hilvanar tres vocablos desastrosos
no merece el nombre de poesía
ni creer que despiertas dioses
te da derecho a llamarte poeta
será por eso que como simple analfabeto
he pedido limosnas a los versos de un ciego
supe del sexo deprimido de la Pizarnik
o de la perfección de tallar espejos,
palabras, oxímorones,
de hombres ausentes como Oliverio Girondo
tanta riqueza da la vida
que intentar reproducirla es aberrante
imagina al sol como una llaga putrefacta en el universo
como una nada en el inconmensurable todo
imagina al amor como un encuentro con tu soledad
partida, perdida
nunca imagines las mañanas con bondades inapreciables
ni a las putas como seres despreciables
imagina que tienes conjeturas incompletas
sueña y aprende de los sueños
vuela todo lo profundo que te sea imposible
deja que existan los unicornios de cualquier color
que las veredas sean venas de sangre obstruida
o lo que quieras
pero sueña, imagina, sal de la cárcel del confort
ve a escribir sobre el fuego incestuoso de esa herida
si te entregas, si no caminas sobre el agua
vendrán nuevas perdiciones acarameladas
que serán letras, verbos, adjetivos que rápido se olvidan.
Roberto Brindisi


miércoles, 24 de febrero de 2016

LA PASIÓN DE MI PALABRA


Se agotó
el agua salpicando tanto fuego
que arrasó tus pupilas vacuas
en un atardecer de primavera
pudo crisparse la ansiedad de tu desvelo
o deslumbrarte la visión de un alucinado
pero solo el incendio de tu explanada
calmo la sed de saciedad de tu alma
creo entonces que se agotó
la paciencia oriental de mis ventanas
se derrumbaron las manos en tus faldas
mi boca húmeda sirvió de puente
para cabalgar los cerros de tus nalgas
negué tres veces antes del anochecer
que hubiera muerto en mi sabana la pasión
habré entendido que fuera de mis sueños
aún queda mucha muerte por recorrer
antes de abordar la vida y sus consecuencias?
Solo puedo dar cuenta
que los perros rabiosos de mi lujuria
buscan incansablemente entre la maleza
de tu inocencia perdida en Babilonia
cuando ardieron los jardines colgantes
llegando el humo vanidoso hasta Alejandría
son el producto de esos volcanes en erupción
mis desgarbados versos
mi letra quebradiza sobre un cristal
mi poesía procesada injustamente como corrupta
poemas que aun entre las rejas de tus senos
se sienten violentamente voluptuosos
aprenderán los hombres
que mi mundo fue creado por la palabra
mi universo diseñado por la lengua
los signos, símbolos para no entendernos
harán las veces de disparador en el tiempo
entroncado íntimamente con el espacio
ese significado, significante
que por sensualidad hace el amor en este sitio
lleno de rituales, homilías del demonio
que por bondad pides que no me detenga
lo que terminará las solicitudes perdidamente anhelantes.
Roberto Brindisi




lunes, 22 de febrero de 2016

INTERROGANTES EN LOS SUEÑOS


Agua
que inunda la agonía de mis sueños
una ganzúa oxidada,
una orquídea exprimida en la mesa
el viento que me despierta en mi cuarto árido
yo que pretendo comprender el sueño
a la vez que me esfuerzo por saberte sola
queriendo que solo me recuerdes a mi
porque aún no me conoces
y lo más misterioso, ni yo a ti
pero asi es mi vigilia,
el despertar sobre tu blusa de color salmón
en mi ventana de pestañas terracotas,
quizás el colibrí de mi duraznero sea sabio
cuando pía entre las ramas en diagonal
parece decir que no hay razones para la saciedad
en el vacío de esta existencia efímera
en estos bordes sin cartílagos de ternura
o en la intención de estar a tu lado
luego que me rechazaras no dejándome ir
y que hay de mí?
sigo sin respuestas de los sacerdotes del Islam
busco en la Cábala descifrar mi universo
solo un siete en el desayuno aparece
no regresa ninguna golondrina y es primavera
veo pasar tus labios de marfil
sobre el desierto acuoso de mi piel
bajas al infierno de mi pelvis
no hay destino solo un incendio de pasión
el mañana es desbastado en este instante
repito, solo hoy, solo hoy…
no quiero que te marches al ayer
ni abandonarte en una estación sin nombre
nunca me he permitido el cambio de semblante
nunca comprendí los deseos rojos de una mujer
aquí escribiendo mi penúltima estrofa
donde vence sin pudor el poeta al hombre
Roberto Brindisi




domingo, 21 de febrero de 2016

LO DIFICIL DE PARIR DIOSES


Nací o fui parido
es lo mismo
mas no es igual
mis ojos no veían luces
ni las sombras se llevaban mi pan
sé que al nacer me sometí a mi primera muerte
defunción que repetida me dibujo la vida
ya en épocas de las borracheras
entre botellas, alcohol y putas
aprendí a conquistar la eternidad
infinito inquebrantable fue el garabato de poesías
deje mi piel de vagabundo errante
para refugiarme en una sala de papel
fue entre letras que diseñe a mis amantes
infieles, pasajeras, calenturientas
como mi pluma alzada en tinta renegrida
sé también que no hubo mejores muslos
que los que mis palabras compusieron
ni excelsos senos y pezones
como los que concibieron mis vocablos
solo fue real mi boca afilada
la sensualidad de mis besos y caricias
el despeñadero de mis labios ardorosos
real como las guerras que incendiaron Palestina
las bombas en Alepo y en la Siria toda
pero solo mis dedos viajaron hasta allí
para ser dios entre los dioses
debí escribir sobre mi cuarto con espejos
leer a Borges con su ceguera en una biblioteca
creer que el canto exangüe de los pájaros
se debía a mis versos pervertidos por el insomnio
asi fue que mi eternidad fue incomprendida
tanto que me expuse a las féminas reales
y sobreviví
soporte con agrado las tormentas de orgasmos
abrí mi paraguas de pergamino estéril
cubrí con párrafos de misteriosa soledad
a mis poemas enmarcados en pletórica lujuria
y hoy que ya no estoy sino en ausencia
vengo a olvidar los tiempos viejos de orfandad
disolviéndome en el fango de mi esencia.
Roberto Brindisi  






sábado, 20 de febrero de 2016

IGNORO TU NOMBRE


Me llueven tus heridas
aunque no recuerde tu nombre
sé que eras una mujer con muchos rostros
o eras miles de hembras con uno solo
no lo se
no recuerdo
quizás no quiera olvidarme que hubo noches
que supieron a rosas pulverizadas
a humo de azares en una piel hambrienta
a colonia de lunares endurecidos
a superficies ligeramente arregladas
y desmemoriado me entreguè al culto del olvido
a caminar sobre un cementerio de metales
deshojar la margaritas de otros calendarios
horas, minutos, segundos relativos
que se desdibujan entre los pasillos de los astros
la luna detuvo su crecimiento
el cielo fue un gran burdel sin putas y sin vino
pero aquí,
en esta frontera de la melancolía
no cuenta las afiladas astillas
ni los maniquíes baratos
cuando en este infierno que habitamos
el agua amenaza incendiar el prado
solo hay una salida por este arisco laberinto
solo hay una manera de lidiar con esta bestia
esa ansiedad que carcome los soplidos
hacer el amor hasta que las sabanas desaparezcan
hacerlo aunque no lo hayas conocido
hasta gastar las penumbras de la madrugada
aunque te toquen las esquirlas de un orgasmo
hacer una trinchera entre las piernas de la amada
asomarte al espejo que te envidia
romper los cristales de esos ríos abundantes
nadar cuesta arriba hacia los senos voluminosos
vivir aunque hayas muerto en el pasado
porque en estas poesías tienes todo por delante.


Roberto Brindisi

domingo, 14 de febrero de 2016

FINAL PREDECIBLE


Historia,
historias con minúsculas,
personajes pasajeros
y el amor detrás de una puerta de Praga
todo queda y todo pasa
el beso, la rosa, el sexo
el libro que se duerme
hasta que la muerte lo deshaga.
Roberto Brindisi

LOS MERCADERES DEL TEMPLO


Amó Satán
al tiempo que Jehová odiò
hubo y hay orgia de ángeles
más en los templos viejos abusadores
se rompen las vestiduras
túnicas manchadas
por la fe(llatio) de una creyente
que en su extensa xenofobia
le hace sexo oral a un prelado
y condena al diferente,
humanidad extraviada
solo un gol de Messi será poesía
tiempo corroído
poema de lo urgente.


Roberto Brindisi

VAGAR CON LOS BESOS



He perdido unos besos
húmedos como lagrimas
en los paisajes rotos
de un lugar que no era Madrid
fue, creo, en la sensualidad de una boca
o desaparecieron en el fondo de mi jardín
donde palidecieron los gladiolos
de mis labios abiertos a una pasión tan loca
que no sé si fue ayer
o es lo que me deparará mis sueños,
onírica materia de envoltorio gris,
en la indiferente noche de mi ciudad ceñida
sueños de besos extraviados que no se rememoran
aun estrujando los claros de la madrugada
ni con imprecaciones a dioses inventados
y anochecerá de tinto en los bordes de mi ciudad
cada botón que vaya desertando de tu blusa
cada poro que se sensibilice en la piel de tu seno
tendrá la firma de mi mano y de mi idioma
sabrá de los placeres en la Sodoma antiquísima
no envidiara a la Gomorra borrada por el fuego
porque incendio traerè en la punta de mis dedos
podre acampar con mis ejércitos de aves táctiles
en el Alcázar endurecido de tus firmes pezones
mas el suelo cálido de estos meses por venir
harán que siembres pistas de claveles rojos
como la sangre que estallà en una revolución
solo que en mi vigilia imagino que vengo por ti
que tomaré la bastilla de tu palacio de invierno
sin que Lenin este allí
sino mi furia lujuriosa
dispuesta a derrocar cada espacio de tu ropa
a penetrar en las puertas cerradas y deseosas
será la oscuridad de mi cuarto astillado
la muralla que derribemos con los sordos gritos
que el lenguaje del placer obsceno
le obsequia a dos vagabundos enamorados.


Roberto Brindisi

jueves, 11 de febrero de 2016

BESOS DEL OLVIDO


Tengo
esquinas de baldosas rotas
aguardando el paso de tu atuendo
rememorando tu vestimenta de deseo
mientras las vidrieras están mudas
como pájaros de cristal en una tarde de enero
cayendo desde el suelo
gotas que anegan mi azotea
que como en un tango de Piazzola
le silba descuidado a un loco fantasioso
más aún conservo
la lujuria de los carnavales en el bajo
esa sonrisa seductora que se hincó en mi mirada
para invitarme a una danza sobre sabanas
trapos que desnudaron sus miserias
arrepentidos de salpicar nuestra superficie
con una música de fondo que bien sabe a bolero
romanticismo que se contrapone con la lujuria
y ese pedido que te alcance el polvo de la luna
desgastado, aburrido astro,
en tanto la noche se hace sobre el antiguo espejo
en la pared un reloj marca
con sus agujas las sombras de un hechizo
será por eso que mis noches no la olvidan
que las palabras me saben a vino añejo
más en el eco solitario de los milagros
solo se encuentran besos que se dilapidan
murmullos sórdidos como gemidos
y un volcán en erupción que estremece
la desbastada humedad de nuestras medidas
saber que solo tengo
unos bordes de arrabal al sur de nuestras vidas
unos pasos de jadeos entre tus piernas
unos labios bordados de quebrada inocencia
flores maldecidas en un antiguo poemario
que me llena de promesas casi eternas.
Roberto Brindisi


miércoles, 10 de febrero de 2016

NO ESTARE


He  de irme
cuando  nadie lo espere
si cuando algunos lo deseen
he de irme
porque no soy un viento traicionero
no me sostendrán los hilos de un pobre barrilete
ni los ruegos en silencio
de manos con cuchillos ensangrentados
he de marcharme
porque nunca me conocieron
de mentiras con temores acurrucados
he llenado mi pasaje en el sendero
puedo contar lealtades
en tiempos imperfectos
en ayeres que grises fenecieron
no es de mí mismo barro como tampoco lo quiero
los traidores que actúan al acecho
he llenado mis ojos de falsos homenajes
recibiendo la puñalada disimulada
de preocupaciones por suponer lo que soy
mas no seré cómplice de incinerar mi madrugada
he llenado tantas veces los cuadernos
tratando de no equivocarme
que me postra una gota de acierto
en el lugar donde pagarían mis falsedades
nunca me he creído poseedor del paraíso
más bien un habitante del averno
honrare siempre aquel que fue mi amigo
que ha de serlo a pesar de las conspiraciones
de terceros que comprenden quien sale del juego
he de irme
por asco a tanta miseria
por tanto embuste en nombre de la bondad
es mi poema de mayor distancia
es el que me permite no desertar de mi escasa dignidad.
Roberto Brindisi


   

lunes, 8 de febrero de 2016

SI ALGUNA VEZ...


Si alguna vez
no regreso
será porque no te conocí
será que esa ausencia no es mía
ha de ser que nunca estuve
o que en otros sueños me perdí
si alguna vez,
una sola quizás,
no grito entre tus muros
será porque han caído en un atardecer
o por no haberlos frecuentados
como inocentemente lo creí
en esos días de invierno duro
o en las mañanas que me levante casi ahogado,
no he de cometer
eventos de los que no tengo permitidos
exageraciones de tulipanes quemados
ni he de escalar los amaneceres
en otros cuartos que no sean donde dormí,
si alguna vez
beso alguna boca equivocada
será que mis labios habrán enceguecido
sin dar conformidad
a unas manos de piel ya desgastada
será, eso quiero pensar,
que nos hemos dividido
por una parte mi carne y mis huesos
y por otra mi esencia que no es más que olvido.
Si alguna vez
no consigo enmendarme
continuando con mi obsesionada soledad
es que la muerte habrá desaparecido
sin límites de tiempo,
sigo construyendo ermitas
de mi humillada religión
mientras en algún lugar lejano
morderá el viento una mujer que se ha perdido
en los bosques ralos de la desesperación.
Yo descreo de este estado soberano
mas es la penúltima escala de mi sendero
en este episodio enardecido denominado pasión.
Roberto Brindisi

viernes, 5 de febrero de 2016

ONIRICAMENTE


Quien habita mis sueños?
esos incomprensibles garabatos
que carecen de forma y de color
que parecen tejidos endiablados
decimales de una impar cifra dividida
arbustos caídos sobre un manzano gris
quien o quienes transitan mis renglones
en mis visiones crudamente nocturnas
quizás mi hermano de la vida
del que dicen los ignorantes que feneció
o esa mujer de formas lujuriosas
vestida ahora de intensa negritud
sé que en un momento estuvo dios
con su testa agachada en solicitud de redención
lo rondaban figuras angelicales
con sus alas tristes despeinadas
màs en un tiempo corto cayeron desnudos
que su mensaje intenso se diluyo
ahora sé que vendrán otros sueños
que con los límites del acerado infierno
podre desbordar los mares de mi azotea
anegar los límites de mis pesadillas
ser partículas en un azaroso beso
en tanto unos ancianos harán sombras chinescas
una adolescente poblara una desértica plaza
las gaviotas rozaran con su pico un mar reseco
en esos sueños habrá otros que sueñen
tendrán pesadillas las vestales en su regreso
tanto que ahora que me despierto
la realidad me sorprende por inenarrable
por superar con creces lo monstruoso de mis quimeras
tan solo me otorga esperanzas para proseguir
la perturbada pretensión de hallar amor
que busco entre bosques ralos de utopías
aguardando la penúltima primavera
para desertar del territorio de la soledad y el dolor.
Roberto Brindisi

jueves, 4 de febrero de 2016

ONIRICAS


Me dejó
un rio de interrogantes
las cartas marcadas del fracaso
los puentes derruidos por la soledad                    
alcanzando la orilla de mis sueños
que pretendió transformar en pesadillas
arrancándome con sus incisivos afilados
la desilusión que disfrace de esperanza
pudo vanagloriarse de masacrar mis pájaros
pero me quede plenamente con las alas
y allí me perdí
sin saber quién dejo a quien al borde del abismo
solo sé que amanecí en el piso de una vigilia
que fui recomponiendo el estilo de mi vuelo
no forcé la puerta de una nueva embestida
me propuse andar sin esperar cobrar venganza
hasta que en la noche de mi cielo
aprendí nuevamente el nulo valor de la inquina
y perdone perdonándome
por breves segundos fui un dios en este olimpo
el de mi vida ahora propicia
pero tuve que conocer  el barro en una esquina
la humillación de la derrota
escribiendo en el frontispicio de mi espejo
ha de llegar lo que merezco por propio peso
en un camino de silencio que se nota
al estallar las esquirlas de mis magnolias
me dejaron tantas cosas
que empezar el recuento de los daños
sería tan mezquino con mi fortuna
que el destino se perdería en un laberinto
desenterrando el minotauro de aquellos años
lo que conserve fue la fortaleza de mirar hacia adelante
viendo a los dioses emborrachados
en una taberna sucia y prostibularia
construyendo los espacios  vitales anhelados.

Roberto Brindisi

LA SOMBRA


Una sombra
que multiplica por miles a las otras sombras
una boca
que reproduce de manera infinita unos besos
que se desangran de rosas
que deja los labios en aprietos
mientras se agolpan las gotas
en la comisura de un infierno gélido
en el pubis adolescente de una mujer fogosa
hay tanta soledad desarropando su aflicción
que la tormenta de rasguños lujuriosos
son caricias en los montes erguidos de mis penas
sé que la misma solo conoce la penumbra
no entendiendo que el alma es ilimitada
que unos dedos galopan en la pradera de la dermis
escarbando en el fondo de un rio mentiroso
crear momentos donde el tiempo se agotó,
un destino de sombra
es la suma exponencial de la mediocridad,
andar siempre por los bordes me abrió las venas
deje caer la sangre para que se sumergiera
aquella que ame repetidamente
en muchos nombres
en esas noches blancas de almohadas
de trapos coloridos asemejando a sabanas
arrugadas en los reflejos de mi cristales
allí la sombra perdió su partida
se hizo bruma entre cigarros y ceniceros viejos
se empapó de alcohol barato en la mesada
sin entender porque rendija marcharse
para evitar una jauría de luces de la mañana
asi la sombra pudo entender que era la parte
de cuerpos y cosas
sombra sin existencia propia
que sin la luz que emerge del afecto
habrá un desierto de vanidades  fútiles
un país de habitantes mutilados
o será el tema de un poema en su defecto.
Roberto Brindisi




miércoles, 3 de febrero de 2016

TIEMPO EN CONSTRUCCION


El tiempo
concepto arbitrario de la tosquedad
sirve para evaluar lo ilimitado
para saber a oscuras, a tientas,
el paréntesis entre la nada y la infinitud
mas el mismo es como un semblante sin ojos
que arroja una mirada plenamente vacía
o ve la muerte rápida sobre la trunca multitud,
las horas
los días las semanas
unidades de cuenta fantasiosamente inútiles
no suelen hablarme del amor ardiente
ni de las virtudes de una soledad acompañada
ni son dignidades que merezcan una confesión
allí se refugian,  en el camposanto
de las vivencias fenecidas sin batalla,
saben las antiguas hechiceras
que los instantes no tienen bolsillos ni mochilas
lapsos compuestos por vacantes
cubierto por las astillas de mil y una orfandad
asi es que llega o llegamos a narrarlo
como si en verdad constara
o como si los fantasmas fuéramos nosotros
osamentas recubierta de pesares
abarrotados de sueños indescifrables
empecinados por este paso nuestro
en creer que en realidad puede ser palpado
o como las aguas de un rio torrentoso
detenido
negamos el momento final que es el principio
el nacimiento a la eternidad volviendo a ser la nada
sumergidos en el caos existencial del universo
pobres humanos que prescindimos de las alboradas
entretenidos con encontrar lo inhallable
eso que solo se encuentran en los versos
de otros poemas que escriben a las enamoradas
estas líneas no serán leídas
porque naufragan en el mar de los conversos.

Roberto Brindisi

martes, 2 de febrero de 2016

SOY EL QUE PUEDE


Soy solo un tiempo
insaciable de segundos,
me alimento con la hoguera del olvido
con los cuencos impregnados
de ese lapso de muerte o de vida
en el que ser humano es una negación
de las imperfecciones que acompañan
el sufrimiento que supuran de mis heridas,
soy el sol cayéndose en picada
con su luz astillada por el frio
los remordimientos que me ocupan
han desaparecido
al parir la noche una novedosa alborada
soy mientras me niegan
aquellas que serpentearon por mi lecho
o por otros que al tenderles mi endurecida mano
me negaron tres o cientos de veces
ante los desafortunados vacíos al acecho
soy canción en algunas fechas
cuando el único fragmento es el silencio
cuando la luna se embaraza de milagros
entre los terraplenes portentosos de los cielos
espacio alterado por luminarias reflectadas en las sombras
para escribir sobre la tristeza y su anverso
o de las pesadillas afligidas de mis espejos
cubiertos por los incordiosos velos
soy aquel que aún no ha nacido
ni muerto por el error de la inocencia                                         
astilla que al estallar las golondrinas
dejaron sin color a la nueva primavera
puede la sabia esperanza contar sus minutos
pueden los verdes bordes de otros ojos
entretejer los puntos obscenos de mi mirada
tanta son las cosas potenciales
tan poca es la vorágine de la voluntad
que puedo reponerme y volver a ser
el dueño de las tempranas tempestades
soy el que aún puede
salvar tu fragmentada esencia de mujer
venciendo todas y cada una de sus ansiedades.
Roberto Brindisi