viernes, 23 de noviembre de 2012


 DESVARIO

El espacio que nos separa
es un sitio en huida lenta
es un silencio de descampado
de noches mustias en retirada
de flores que pierdan tus pisadas
detrás de unas mariposas prometidas
mas al dar la vuelta en nuestra esquina
escapan heridas las lastimaduras de un enamorado.
Desde que ventana mirar la luna
la que suele salir los viernes
esa que en su arrebato susurra una armonía
mientras en el suelo de este antro
hay pedazos de cristales con tu mirada
pañuelos que se hamacan
en la seda de tu regazo
será en un atardecer cuando te encuentre
en el brillo alegre de tu llegada.
Nada queda después de mí
pero me precede el tiempo
el indetenible
el alazán desbocado de deseo
ese que me promete amor
en un lugar que me sabe a hembras
taberna de un solo mazo
de cartas españolas marcadas por rufianes
seré tal vez el seductor que no recoja lo que siembra.
Este anochecer no sabe de descanso
sabe de besos acumulados en una cesta
de ropa desechada en el ardor
de pieles que se queman como banderas
de arroyos regados en línea recta
cuando por el espejo huyen mis ojos lujuriosos
para enfocarse en los limites de tu esencia
quizás no será la rosa mas selecta
más nunca será la ultima de tantas primaveras.
Ahora que pulverice la muerte
se que mis domingos son de mar tranquilo
el calendario es tan solo una libreta
que pende de la pared de mis olvidos
cuota atrevida de la angustia cotidiana
parece merecer unas coplas en racimo
miro hacia donde apunta tu perfil ansiado
atento contra el misterio de tus labios
arranco especies de flores aromadas
y nadar sobre tu piel no resulta demasiado.
Cuando todo termina
aparece fulgurante la palabra
te convierto en discurso de mi devoción
uso el jeroglífico de tu pelvis dorada
para escribir las estrofas anonadadas
de dos incendiarios que se consumen en su unión.  

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