miércoles, 28 de noviembre de 2012

RECIBÌ


Recibí
un año sin espaldares
un manojo de segundos agitados
un tiempo de falsas simpatías
una mueca burlona sin pesares
así lo acogí,
creyéndolo sagrado.
Esas cosas las guarde
en el abstracto cofre del olvido
en un muro sin fisuras
en el baúl de amores abandonados
que como toda conjura extraña
se torno recuerdo sin otra sepultura.
Los regalos los retuve
entre lo finura de mis dedos
haciendo con aquellos una cometa
iluminada en el litoral de este río
cuando mi deseo carnal se extiende
entre los pliegues dorados de mi lecho,
enciendo un cigarro de humo apresurado
con la cerilla de múltiples soledades
en tanto veo tu cuerpo acalorado
tu dermis barnizada de erotismo
y me sobresalto en este sueño sin edades.
Aun conservo
la noche precedente
las luces partidas en el itinerario
tus labios sumisos entre mis suturas
tu lengua escribiendo entre mis piernas
me imagino corriendo a cielo abierto
para no perderme tus lisonjas diligentes.
Agradezco lo arrebatado
entre pasadizos insaciables
por donde trotan tus latidos emocionados
cuando puedo verte a través de una ranura
mirar el concierto angelical de tu silueta
la caída en cascada de tu vestimenta
los minutos de tiempo transparente
y agazapado caer sobre tu sombra
muchacha aguerrida en la tormenta.
Va cerrándose el cortinado
delante de estas alacenas diluidas
con nuestro paso fugaz por la pradera
bajo la aspereza de la noche
en la humedad de esta tregua 
no hay apariencia mas tremenda
que borrar el nombre del amado
intento impertinentemente vago
por la vaguedad de tanto despilffarro
cuando el alma es tan solo una migaja
de un instante perfecto, ambos abrazados.  
  
  

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