domingo, 17 de enero de 2010

HAITI, AY MI...


En un diario
Lo que es una fotografía
Que retrata el dia
En un lugar que poco dice
De no ser por conocer el contexto
Y eso le da el tremendismo
Es de dia
Uno más de los millones de días
Sobre esta tierra
Uno de los más tenebrosos
Desgarradores
En una ciudad desvastada
Sin los puertos ni los príncipes
Con un cuarto de millón
Que no es mera aritmética
De muertos por pobreza inducida
Sostenida
A conveniencia del imperio
Vuelvo al dia y a la foto
Donde se ve una cruz en el centro
Y arriba
Esta que llama mi atención
De entre las siete cruces esparcidas
Entre los escombros altivas erigidas
En los pabellones sólidos de la muerte
Solidamente levantados
La existencia tiene como metáfora
Los cascotes, las ruinas
La parca es tan compacta
Danzando entre buitres y animales de carroña
Que esta congelada en la imagen
Espera, le queda la eternidad
Lo perdurable
Como ese doble ocho
O los dobles infinitos recostados
Encima de los huesos de los cadáveres
De sus pobres y raídas ropas
Las reflexiones de la perplejidad
El ser humano construyendo
La solidez del monumento a la negrura
En esa estampa
Dos hombres se han cruzado
Un negro viejo delgado
Otro joven más henchido
Toda la postura como zombies
Las miradas clavadas en la nada
El muchacho lleva una cruz trenzada
En el dorso de su remera
La misma que su pueblo haitiano
Dos hombres, siete cruces,
Los escombros y la muerte
Un terremoto
Y la desconsideración de décadas
Todo en ese juego de imágenes
En el camposanto y me pregunto
¿Cuántos muertos en vida
Despertaremos de estos sueños inducidos?

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