sábado, 5 de diciembre de 2009

ATARDECER



















En esta tarde triste
No hay pájaros que vuelen
Ni flores que se otorguen
No hay canciones de pieles nuevas
Ni océanos de caricias
Solo una sequedad que quema

Porque me pasan estas tardes
Como noche de dormir en vela
Me suceden sin más prisa
Que mi ansiedad enloquecida
Mi certificado de locura en la mesa
Escrito por amores fracasados
Hasta los más puros y sublimes
Me pasa informe que soy un bardo lastimado

La poesía no es arma para dar pena
Solo saber cuanta soledad es la que llevas
Habrá depósitos alli donde me toque
O volverán a ser lugares de un vacío aterrador
El juglar que escribe en este sitio
Sabe de las horas terminales de la rayuela
Que no hay finales felices de películas
Que ya su pluma es recuerdo de sus quimeras
El poeta sufre esta tarde suya
Como las tardes, los días que ayer huyeran.

Las voces que antes lo alegraban
No son mas trinos sino silencio escampando
No hay peor muerte que la indiferencia
No hay peor exilio que el de uno mismo
Ni hay desprecio más grande que sus versos
Cuando entre los huesos reconoce la que fue su esencia

Es hora quizás de no perseguir sueños luminosos
Es el tiempo de desmontar los versos y poemas
Es la etapa más profunda y solitaria
La de mirar los espejos rotos del futuro
Creyendo que traerán buenas nuevas
Pero con las corazas calzadas nuevamente
Descreyendo de lo mismo que escribiera.

Hay tardes como esta en que oscure el cielo
Tanto como el alma que lo lleva
Tanto como el pasado que le entregan
Las voces que pasajeras retozaron
En el mismo circulo de su geometría
En el mismo perímetro de sus deseos
Escurriendo los últimos verbos afectivos
En su repetida historia y geografía.

Aunque siempre salga el sol
Hay que tene ojos para mirarlo
y un espiritu vivo para registrarlo...
sin quejas, solo dar fe de que sucede.

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