martes, 8 de diciembre de 2009

VUELVO











Como un vetusto ciego analfabeto
Que tantea las paredes de la calle
Desconfiando de la sombra que nunca ha visto
Ni de su imagen en una foto inexistente
Como un cansado labriego de las letras
Que pasa su arado en el abecedario
Levantando los surcos de unos versos
Escritos en arameo o quizás en un culto lunfardo
Como un cristo de una religión no practicada
Sin última cena ni traidores por monedas
Con las cruces de tormento incineradas
Con la Maria Magdalena en dulce espera
Asi es que me animo a revivir y vuelvo

Y vuelvo a percutir sobre el silencio
De los silencios para dar batalla,
A sembrar lilas
En un jardín de ensueño,
A apuñalar el hastío que me embarga.
Vuelvo
En los últimos espejos de la noche
A resbalar contra la ausencia
De tu risa,
Impostergable la luna de los charcos,
Entre empedrados de nostalgia en esta Buenos Aires,
Y tanta mishiadura
Se desvanece entre secretos resplandores
Cuando la lluvia
Presagia de entre todas las ausencias
La miel de esta magia
La misma que me exilio en tu regazo
Y que hoy me regresa a tu presencia
Por todas estas cosas y más
Es que en cada día con sus noches vuelvo
Vuelvo, en un retorno eterno
Vuelvo a donde siempre estuve
En tu corazón de hembra enamorada
Por eso vuelvo en las luces de cada madrugada.
Vuelvo de donde nunca fui expulsado

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