viernes, 4 de diciembre de 2009

UNA MUJER











Un viento despertó tu piel desnuda
La que encabritada elevo sus olas,
Descerrajando su agua blanquecina
En millones de gotas mordisqueadas
Alzando insurrecta la cúspide de sus pirámides
Dejando desfilar el paso de sus afluentes
Todo por el soplo de una mirada ardiente

Ay! si tu piel desnuda hablara
Contaría de los interrogantes de la playa
Del pincel de una lengua deslizada
Por un dorso que no termina nunca
Que transformada en espalda continuada
Somete a la más viril, a la favorecida espada.

Quizás vaguen por tu cuerpo
Los espectros de amores yermos
De amores que de pasajeros no existieron
De batallas que aunque bravia nunca fueron
Porque para sentir tus sentimientos
El quijote que te gane debió partir la tierra.

Un relámpago ilumino tu lecho
El que tantas veces se deshiciera
El que supuso que seria el último
Ese pretendido jinete cabalgante de esta fiera.
Más no, no hubo trueno ni chubasco
Que a tu ciudadela tomarla consiguiera
Sin saber si fue victoria o pérdidas pasajeras
Sin ilustrarte que gallardo amor te conviniera.
Pero esa desguarnecida superficie
Que supo de veranos y primaveras
No permitió regalar un juego a la desesperanza
Sin obtener emociones duraderas.
Por eso brindan los juglares
Que escribieron en tu continente
Los versos más calientes de sus plumas
Porque invicta tu alma, eres arrogante e imponente.

Asi soplo ese viento en busca de tus ardores
Asi iluminó tus boscosas zonas angelicales
Asi encontró a tus rios, incendiados, devastadores
Asi será con cada tornado pretensioso de tu gloria
Defendiendo inclaudicable la trinchera
Con tu hambre de fémina hasta los últimos estertores
Un viento dibuja en tu piel desnuda
Un viento al que vuelves inadvertido tornado
Un viento que levanta la ultima hojarasca
Antes que cese la brisa de este amanecer encandilado.
Un viento, ese cuerpo y un alma enamorada…

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