jueves, 21 de marzo de 2013


DE LA MÁXIMA SOLEDAD

Mi tema monocorde,
la máxima soledad
ese insoportable destierro
en el interior de mi persona
donde el agua no abunda
la palabra muere antes de alcanzar el pórtico
mi vacío es la alcancía del alma
en tanto la ausencia de compañía
tiende a adormecer todos mis sentidos
clamando en el desierto por ganar la calma.
La lagrima que ayer se derramó
no era liquido de cántaro
eran palomas arrastrándose sin alas
era el incendio que pierde su eficacia
porque lejos de quemar, humedecen
las telas blancas de mi almohada
que guardan imágenes pálidas, descalzas
de derrotas o victorias con sabor a nada
era la luna que siente la falta de mis letras
cuando bordeamos unidos la alborada.
Sé que las heridas se incomodan
al tocarse verso sobre verso
y la cicatriz no hace su llegada,
cuando carece de remate mi poesía
caigo rendido en el semicírculo de tu boca
para pedirte ayuda en este aislamiento
sabiendo que un solo beso de tu piel desnuda
elevaran el tilde de mi ortografía
pondrá en línea mis envejecidos sustantivos
acudirán vigorosos mis novatos verbos
esos que dirigen las acciones de los espectros
cuando haya finiquitado toda la vasta geografía.
Por fin
apilados como piedras los párrafos primeros
lo que sacuden la modorra de este anochecer
aquellos cuando la luz sabe que va a perder
la mágica mueca de su hermosura
a tal punto que he conseguido que vuelvas a mi lado
sobre la aspereza de mis borrones
a depositar tus poros sobre mi deseo envalentonado
sobre las espinas de la distorsión de mis renglones
para alegrar de colores estas solidas vocales
que eligió un bardo de ti enamorado.








No hay comentarios: