PRESENCIA

Tengo

ojos de cuchillos

afilados a lo largo de la vida

que han cortado

toda suerte de suspiros

sin reparos

sin olvidos

desenrollando tu pelvis

sobre el amanecer de mis palabras

sobre este suelo acuoso

donde un espiral invisible

te recuerda anoche despellejada

de esa vestimenta mundanal

que recubre la lascivia

en el placer de tocarse mansamente

manos sobre poros

y un grito sobre este ventanal.

Tengo

el ansia en su furor

la llama de la pasión agigantada

la ansiedad en plenitud

como pájaros volando equivocados

como ruiseñor de alas incendiadas

que se repliegan al acecho

esperando que caiga la última letra

en esta hoja en la que anoto el deseo

de apoderarme con firmeza

de cada una de tus partes

aunque me muerda el fuego

quedando la ceniza en plena madrugada

en los límites de las gotas

de una garua de lagrimas

que se derriten armoniosas

en la avaricia de tu sugerente mirada.

Tengo

que partir

salir de entre tus piernas

nacer a este día nuevo

llevar como amuleto algunos bellos

de tu huerta de larga simetría

saber que plantamos nuestra esencia

después de quitar los últimos versos

en la hechura de este lúdico poema

que se compone de tu crucial presencia.